Cuando me pongo predicador en el libro nuevo, pienso: esto es más del blog, donde ya saben que soy insufrible. Afortunadamente, más o menos por el 25% del libro, es la primera vez que me visto de pastor de ovejas descarriadas. Prometo que no sucederá demasiadas veces pero acepto, mi amor, que no es la primera vez que me pasa.
Del libro nuevo:
(la foto la he hecho esta mañana en una pared camino del trabajo)
Cuando Iñaki sale de casa de Marta, porque se ha buscado excusas para no quedarse a dormir, esquiva restos humeantes de alguna barricada que alguna patrulla de limpieza se afana en retirar. Espera, con inquietud, que su coche no esté dañado. Probablemente – piensa- el seguro no cubre actos de violencia callejera. Porque una cosa es que se hagan las reivindicaciones que uno quiera pero, joder, que no me toquen el coche. La revolución está bien siempre y cuando lo que arda no sea lo tuyo.
En la radio ya han empezado con los monográficos.
Existen conversaciones y debates que no terminan nunca, solamente se quedan congelados en el tiempo hasta que llega el momento de retomarlos. Cuando, en 2010, Eta se carga a sus espaldas a su última víctima, la número 864, existía una idea bastante diferente la que se puede interpretar en este mundo que se reinventa cada cinco años. El tiempo y la distancia, como las canciones, dan perspectiva. Las perspectivas, como los trampantojos, pueden ser engañosas. El cerebro y la memoria histórica tiende a reinterpretar amigablemente momentos que quizá no fueron tan malos, tan salvajes o tan cinematográficos. Esa necesidad de convertir todo en una serie por capítulos contada con la simplificación que dan los buenos y los malos hace que se nos olviden los grises de los que dispone la verdad.
Desafortunadamente la verdad es siempre menos emocionante y para llevar la verdad hasta donde nos interese solamente hay que hacer silogismos. El silogismo más maravilloso de la historia es el que dice que El amor es ciego, Steve Wonder es ciego y Dios es amor. Por lo tanto Steve Wonder es Dios. Se refiere, por supuesto, a la primera época de Steve Wonder.
Haciendo ese mismo ejercicio podemos llegar a la conclusión que queramos. Fascismo se define en la Wikipedia como un gobierno totalitario de extrema derecha. Para no ser fascista solamente hay que identificarse con la izquierda. Siempre podemos ir al otro extremo, supuestamente el comunismo, y citar a Stalin con esa referencia histórica en la que dejó morir a su propio hijo casi de la manera tan dramática en la que morían unos cuantos millones de rusos bajo su mando. ETA se definió, en 1962, como una organización que rechazaba expresamente el fascismo y el comunismo. Si no eres malo o muy malo, tienes que ser de los buenos. Por eso mismo, ya que los curas daban demasiadas collejas en el colegio y tenían mucho dinero, se definió como aconfesional. Sin embargo ETA, al igual que el fascismo, exactamente de la misma forma que el comunismo más radical, se define como ultranacionalista y ha tenido, históricamente, la fea costumbre de pegar un tiro en la cabeza a quien no “pensaba bien”, que viene a ser lo mismo que ajusticiar a los infieles. Quizá las cunetas de unos eran las bombas lapas de los otros. Quien sabe, siempre se puede hablar de los pantanos. O de Belviche. O de Antonio Machado. O Ernest Lluch. O Yákov Dzhugashvili, al que su padre no quiso intercambiar por un mariscal porque era un simple soldado del ejército soviético.
Curiosamente todos dejan en la memoria de los huérfanos el mismo dolor pero los opinadores de la historia, los profetas que se disfrazan de políticos y los que se ponen los trajes de cuñados necesitan que no sean solamente bandas de asesinos autoritarios porque, en ese caso, no hay debate.
A ver si vamos en poner en duda que tenemos satélites gracias al esfuerzo de Hitler. Sin él no tendríamos Instagram. A ver si no nos vamos a vanagloriar de mantener ese idioma tan ancestral llamado euskera (que es el responsable que izquierda se diga como se dice ya que viene de “ezkerra”). A ver si nos vamos a ser superados por el capitalismo y nos vamos a quedar sin la propiedad común de los medios de producción, con lo que eso hace para estratificar las clases y hacer al hombre aún más esclavo de los malísimos burgueses.
Todo consiste en asociar a nuestro defendido con valores virtuosos. Que sea ecologista, antirracista, feminista, antiespecista, demócrata, sonriente, haga videos de tiktok con gracia y sea un buen jugador de mus. Ahí está el truco.
Los conquistadores españoles traían oro y comidas exóticas. Eso es bueno. Se acostaban con felices y alegres sudamericanas a las que mataban con enfermedades infecciosas. Eso es malo. Ya sabemos que en 1492 la liberación de la mujer estaba poco desarrollada y no había asociaciones feministas en Machu Pichu. Luego pusieron un kiosko de información morado al lado de la piedra de los sacrificios humanos. ¿Entonces eran buenos o malos?. Coge el lado que te venga bien. Con los curas puedes hacer lo mismo. Con tu primo también. Un día, borracho, se meó en la pila bautismal del pueblo. Otro día se lanzó al rio y salvo a Jorgito, el hijo de Maruja, de morir ahogado.
Te quiero joputa insufrible...
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