6 de febrero de 2021

La rentabilidad de la novedad

Hace unos dias volví a recibir una bofetada de realismo sobre el mundo en el que vivimos. En este caso, en unos de mis entretenimientos musicales, donde comentaban, basándose en las rentabilidades económicas de la música moderna, que si alguien ha entendido la manera de consumir actual son esos artistas que planifican y lanzan temas de manera continuada para mantener la atención del consumidor sin pausas para que se entretenga en otras cosas. Es mejor, si hablamos de comercio y de negocio, sacar doce temas al año que un solo disco. No hace falta que se empleen años de trabajo en un producto conceptual que narre una historia a lo largo de temas que se van entendiendo cuando se conoce el anterior sino que la inmediatez, la continuidad y vivir siempre en una promoción continua es lo que te posiciona.

Si a estas alturas alguno no lo conoce, el Efecto Coolidge mantiene que la excitación sexual de los mamíferos es mayor si tiene, el mamífero en cuestión, la sensación de que es una pareja diferente. He de suponer que es algo parecido a lo que pasa con el consumo.

Por eso las marcas han descubierto que es importante vivir siempre en el lanzamiento del nuevo coche, del nuevo móvil y del nuevo frigorífico. Por una parte le impides al consumidor pensar que hay algo diferente en otro lugar y siempre puedes conseguir algo parecido a una especie de fan que "necesite" el nuevo producto aunque sea prácticamente igual que el anterior. Será por eso por lo que los nuevos singles se parecen demasiado a los anteriores. Será por eso por lo que algunas parejas se disfrazan para mantener viva la llama de la pasión.

Nos hemos vuelto una sociedad que necesita la etiqueta de "nuevo" casi tanto como la etiqueta de "oferta" aunque ni sea nuevo ni esté de oferta.

Existen películas que son, ellas solas, de una calidad mayor que todo el catálogo de Netflix. Pero Netflix te da la sensación que cada vez habrá algo nuevo esperando para ti. Es lo mismo que nos ofrece Internet en contraprestación de nuestra nevera. Cada vez que abrimos Internet parece que hay algo nuevo que quizá, solo quizá, sea un revulsivo en nuestra vida. Pero cuando abrimos la nevera vemos lo mismo que había hace diez minutos, menos lo que nos comimos.

Si nos damos cuenta con la frialdad que da la distancia, en ningún momento hemos dicho que deba de ser necesario, bueno o diferente. Son adjetivos que, a día de hoy, no tienen nada que ver con la rentabilidad.

Terminaremos viendo: "!!NUEVO!!: Torrijas. Antes 50€, ahora 2€". Y algunos pensarán que es la última tendencia a precio de ganga de la misma forma que el último single de J Balvin sea igualito (de coñazo) al anterior. Pero, joder, es nuevo. Voy a poner alguna canción que no hayas oído para darle alimento a tu Efecto Coolidge.


Pd: y cuando no hay musica, móvil, aspirador o coche que promocionar lo que hay que hacer es mantener el nombre vivo. Te puedes tirar a una famosa como Kanye West, buscar alguna polémica entre Twitteros, poner fotos de tu edad infantil como Rosalía o sacarte seis fotos en pelotas como Pedroche. Mira, nos vale de ejemplo, ¿qué hace diferente a los demás?: se encarga de estar, con vestido, tonterías o posados siempre vendiendo una novedad. Y ahí la tienes, con la cartera calentita sin ser mejor ni más guapa ni, por supuesto, mejor profesional que las demás. 

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