26 de febrero de 2020

El ultimo abuso: mascarillas a 1000€

Voy a intentar ponerme didáctico.

Una de las cositas maravillosas de la nueva economía que tanto nos gusta alabar es el que tenemos la falsa percepción de precios baratos. Esto sucede porque si un martes a las once de la mañana comparas el precio de un Taxi y de un Uber la balanza se inclina por el segundo y , además, te dan una botellita de agua. Quizá pasa lo mismo si vas a Amazon y a la tienda de muebles debajo de tu casa. Ese producto , supuestamente idéntico, es más barato allá que acá. Mira tú que bien, las nuevas maneras de vender han llegado para quedarse. No te cuento si hablamos de los vuelos que varían sus precios cada minuto con algoritmos locos en donde el usuario, en un alarde de intentar ser más listo que la máquina ( que es la pone las reglas del juego)  espera a las cuatro de la mañana del día valle para reservar su asiento de ventanilla.

Pero da la casualidad que hay un día, con un concierto o una alarma, que el Uber se pone por las nubes porque los precios son variables. En San Francisco, donde los Taxis se han ido muriendo poco a poco, los precios no regulados multiplican por dos los precios fijos que establecían las normas previas. Es decir, que a la larga no es más barato, mis pequeños consumidores. Gol.

Así que aparece un virus que ha recorrido más paises ya que Puigdemont y nos volvemos todos locos. Se compran mascarillas y se compran mil millones de mierdas que aunque son bulos, pues me lo compro por si acaso ya que la supervivencia está sobrevalorada. Y Amazon, con sus precios variables para el interés de la economía personal... pone las mascarillas a 1000€. Con dos cojones y un palo. Se acaban los geles de manos en el mercadona y se encuentran subidas de precio del 660% en algunos productos que la histeria popular cree milagrosos.  Vamos a morir todos pero algunos con una buena cuenta corriente gracias a la nueva economía de precios.

Cuando suceden situaciones nuevas es cuando conocemos las taras que nos rodean. Una es el egoismo donde Maria Teresa se va al supermercado para comprar toda el agua que encuentre por si acaso llega la apocalipsis y no sea que su vecino se lo lleve antes. Y sube el precio del agua. Otra son las miserias que hemos ido permitiendo y que con la falsa percepción de "el mejor precio" ahora te golpean en la cara con las consecuencias del libremercado sin que haya nadie que, desde la sociedad o desde los gobiernos, que pongan freno a algo que no es más que abuso. Y no será el último abuso.

Tenemos lo que hemos creado. Hemos creado monstruos.
Y no va a mejor.

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