4 de enero de 2020

Titulos inventados.

Hace unos años, no demasiados pero sí los suficientes, uno de mis profesores de la universidad nos indicó que para el examen podíamos llevar lo que quisiéramos. A saber: apuntes, calculadoras, libros, a nuestro abuelo... porque lo que nos iba a hacer era proponer un problema que debíamos de solucionar en un tiempo determinado. -Esa será su función en el trabajo- decía- Solucionar problemas con los medios a su alcance-. Y tenía razón. He de reconocer que aquel examen no lo superamos ninguno.

Aquellos años, que no digo que fuera hace demasiado tiempo pero sí a finales de los ochenta, todavía intentaban generar productos y profesionales de calidad más allá que la mera apariencia. Los coches debían ser duraderos y los ingenieros que los diseñaban resolutivos. Desde mi punto de vista esos hitos en la ingeniería no han sido superados con el paso de los años. Las soluciones de aquellos tiempos, fijémonos en el Boeing 747 en su concepción, han sido retocadas pero no sustituidas. Los vehículos tienen más luces y se sincronizan con el teléfono pero un Seat 124 1430 tiene una durabilidad que jamás tendrá un jodido Tesla. Es decir: se fabrica de una manera más limpia y mucho más atractiva  pero el marketing, la satisfacción a corto plazo y la apariencia están por encima de la rentabilidad para el cliente final que es el que paga por el coche. De informática, que de eso sé un poco, mejor ni lo cuento.

Hoy en día lo que importa no es la calidad sino decir que "hago cosas". Incluso a alguno se le llena la boca con los títulos que tiene, porque en España los títulos resultan algo facilones, pero luego no sabe hacer nada de nada. Es decir: antes el título significaba que se sabia de algo y ahora no le veo esa correspondencia. Lo importante no es, pongamos un ejemplo, conocer la historia de Jerusalem sino haber estado en Jerusalem aunque lo hayas estado borracho persiguiendo a una judía que te dio calabazas. Da lo mismo. Da exactamente igual tener un 9 en resistencia de materiales de cuarto que haber aprobado en quinta convocatoria con un 5. Y no, no da lo mismo. Uno es un ingeniero sospechoso y otro uno de verdad. Como no da lo mismo ser presidente por un voto que ser presidente con una mayoría sostenible.

Y estamos en una situación en la que, por ejemplo, Belen Esteban dice que es escritora, porque ha salido su cara en la portada de un libro. Tertulianos juran que son periodistas ( yo he escrito en un periódico y mira tú). Youtubers afirman ser expertos en tecnología o Greta experta en cambio climático.

Esto no sería un problema si se quedaran en anécdotas pero resulta que, por alguna estúpida razón, se les da más pávulo que a profesionales que se han preocupado en formarse.

Soy de esos que siguen creyendo que es mejor saber que tener un título y, por supuesto, más que uno inventado.

Porque la vida consiste en solucionar problemas y los incompetentes se caracterizan no por no solucionarlos, sino llevarlos a peor.



Fdo: Yo ( Ingeniero Industrial, Experto en sistemas, Periodista, Locutor, Deportista, Contable, Gerente, Gestor de equipos, Comunicador, Presentador, Profesor, Piloto, Catador de vinos y amante) ( Todo Cum laude)

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