27 de noviembre de 2019

El hombre Voya.

¿Sabes cómo es?. Lleva una ropa que pudiera ser un conductor de autobuses de tu ciudad. Son esas vestimentas que son correctas pero hacen pasar desapercibido. Si llevara un jersey dejarían verse los cuellos de una camisa azul clara por debajo. Se anuda los zapatos correctamente. En verano usa bermudas y camisas de manga corta. Cuando cree que llama la atención la camisa es rosa. En las bodas lleva un traje de Cortefiel. Bien. ¿ Lo tienes?. Pues ese no es. Es el contrario. Sencillamente aparenta.

Pudiera ser todos los cuñados y, sin embargo, no resulta tan cansino. Es relativamente joven o simplemente con la edad que aún permite un margen de mejora desde ser parado en pijama. Tuvo un trabajo pero le echaron. Parecía tener una dirección pero no llegó a ninguna parte. Es un hombre Voya. Entró jurando que quería consumir pero iba a cagar a tu bar.

Voy a hacer un curso.
Voy a mandarlo todo a la mierda
Voy a sacar la basura
Voy a escribir un libro
Voy a limpiar debajo del sofá.
Voy a lavar el coche.
Voy a aprender finlandés.

Y luego, por una razón o por otra que siempre es culpa de las circunstancias, siempre se olvida de contar lo que hizo. No hay resultados en su mochila. Como el buen adolescente que lleva dentro pide recompensas por lo que hará, por lo que será, por lo que te va a vender como un político, por lo que te hará, por lo bueno que será, por lo que "esta vez sí, confía en mi".

Y, buscando algo nuevo que creerse, es otra vez que no mientras flota en el océano.

Voya.

Pd: y una canción que no tiene que ver. O si. O quizá. Voy a oírla.

2 comentarios:

  1. Es el tipico que aparece al final
    de cada año , por aquello de los buenos
    propositos .

    Por cierto, sigues con ganas de pegarme ?

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  2. Yo no pego bien pero insulto con gracia desmesurada.

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