6 de marzo de 2019

A, B, C y la necesidad de superioridad moral. Debate, charleta y periodismo moderno.

La ley de Godwin establece que las conversaciones, cuando hay un enconamiento feroz, terminan citando a Hitler con mucha facilidad. No es un "y tu  más" ni un "pues ahora me quedo sin respirar", pero se parece.

Bien. La modernidad y nos ha dado variantes de gran interés. En España somos mucho de nombrar a Franco. "No me gusta el rey porque lo nombró Franco". Ala, ahí te quedas. Luego otro puede hablar de los embalses y ya tenemos a dos sordos. Lo que viene ahora es esa parte de la conversación, que sí bien es cierto que nunca se centra en el tema sino en partes externas, en la que alguno de los que están en ella (o los dos) hacen una de estas dos cosas:

A) Hablar de sus títulos o componentes personales imposibles en el otro.
  "a mí me lo vas a decir, que soy tornero fresador"
  "no sabes lo que es porque yo soy mujer y tú no"
  "qué fácil es decir eso para vosotros, los que no tenéis hijos"

B) Ir a momentos del pasado del otro.
  "no hables tú, que eras amigo de Pepe el pederasta"
  "el gobierno de España, que fue el de Franco, también robaba a los catalanes"

C) El victimismo
  "eso pasa porque soy (mujer, catalán, soriano, gay, inmigrante, menor, jubilado, bajito...)
  

Así que ahora tengo puesta una alarma para las personas, los debates  y aquellos medios de comunicación que necesitan vivir en la demostración de superioridad moral sobre sus adversarios. (Desde laSexta, el Risto e incluso los debates de 13tv). Esa alarma suena cuando alguno de los puntos A, B y C, suceden. Suena muchas veces desde aquel día en el que el periodismo dejó de contar lo que pasa para hacer juicios de valor como si estuvieran en un púlpito dando razones a sus feligreses. Suena, casi de continuo, en periodo electoral. Suena intensamente al abrir facebook, pasear por twitter e incluso en la cola del banco o de la pescadería. Y suena porque parece que aquí todos somos expertos en todo y si no lo somos lo más importante es alejarse del tema  y joder al adversario que ya es el enemigo.

Parece que si alguien no grita no existe, que lo que importa es despellejar al otro por cualquier lado. Saca la guerra de irak o las fotos de Pablo con terroristas condenados. Saca que tienes un máster en economía para darle razón a Rodrigo cuando lo de Bankia. Saca que eres profesor universitario para evitar aceptar que eres gilipollas porque hay gilipollas en todos los sitios. O que sabes hablar polaco. Cualquier cosa menos ir al tema cuando el tema se descontrola. Y me da igual. Básicamente consiste en despreciar al otro para que cualquier cosa que digas tu tenga que ser la verdad.

Y eso es trampa.

Pero son trampas aceptadas.
Cuidado,  que vienen meses llenos de A, de B y de C, de superioridad moral y de miseria. Es, tal y como he empezado, imponer tu ideología a cualquier precio. Vamos, como Hitler.

Te recuerdo que Hitler no fumaba.




Pd: se me ha olvidado eso de escoger una frase del otro fuera de contexto y culparle de los males del planeta. (Yo que sé. "¿Has dicho "EL trabajador"?, ¿pero es que una mujer no puede trabajar?. Eres un machista"). Lo he de poner en la D

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