Una de las cosas que tienen los británicos es lo mucho que les gusta la burocracia. Les gustan los procedimientos, las solicitudes, las confirmaciones y los protocolos. Es curioso el maremoto de tramites en el que viven y, por razones extrañas avanzan, hacen cosas y hasta está demostrado que al británico medio le gusta hacer cola porque una parte en su interior le ve reconocido como un ser ordenado y racional para diferenciarse del caótico mundo exterior casi animal.
Una de las cosas que tiene la informática para su desarrollo es precisamente el orden en los acontecimientos y eso, si lo vemos de forma análoga, crea un mundo virtual lleno precisamente de procedimientos. Los formularios, los campos de búsqueda, las creaciones de alarmas personalizadas, las interfaces o hasta incluso las interacciones llevan procedimientos aceptados.
Eso genera sensación de orden y, como un juego de aquellos conversacionales que ahora llaman aventuras gráficas, es imposible llegar al punto cuatro sin pasar obligatoriamente por el uno, el dos y el tres, en ese orden. No está mal pero lo curioso es que la diversión del juego, de la compra o incluso para descargar una película hay que seguir ese protocolo. Y no se puede cambiar por lo que pensar si se puede hacer mejor es un pensamiento en vano. Y si no vale para nada pensar entonces, al final, no se piensa.
Existe una generación que ha conocido el mundo así: lleno de procedimientos innegociables. Entonces ahora, cuando sacan la nariz al mundo real, no piensan ni un segundo en cómo mejorar el procedimiento sino en la manera de superarlo en todas las fases de la manera menos cansada posible. Cuando no son capaces de superar uno de los pasos se bloquean como un equipo con dos antivirus, incapaz de avanzar.
Así que ahí estamos, al abrigo de toda una generación que tiene como excusa favorita que el sistema se ha bloqueado, que hace falta un click nuevo o que no se puede hacer porque la aplicación no lo permite. Hay quien, normalmente entre 16 y 30 años, es incapaz de llegar de un sitio a otro si no tiene wifi porque es más importante lo que diga google que la posición del sol cuando se acerca el atardecer.
Pocedimientodependiente.
Viene un futuro muy peculiar, lleno de excusas y baterías a punto de agotarse.
Así que ahí estamos, al abrigo de toda una generación que tiene como excusa favorita que el sistema se ha bloqueado, que hace falta un click nuevo o que no se puede hacer porque la aplicación no lo permite. Hay quien, normalmente entre 16 y 30 años, es incapaz de llegar de un sitio a otro si no tiene wifi porque es más importante lo que diga google que la posición del sol cuando se acerca el atardecer.
Pocedimientodependiente.
Viene un futuro muy peculiar, lleno de excusas y baterías a punto de agotarse.
Pues ¡glups! por la premonición...
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