El padre Blas me explicó una vez, en la intimidad de su despacho del primer piso, la diferencia entre pecado mortal y venial.
-El pecado venial es- decía a modo educacional- cuando parpadeas un instante y ves un pecho. No quieres ni tienes la intención y, aunque no debes, lo ves, lo cometes. Eso es venial- En ese momento corregía su posición en la silla, estirando la espalda y poniendo cara seria -Sin embargo- seguía- si cierras los ojos con la intención de ver un pecho y sigues hasta visualizarlo. Eso, eso es mortal-
A día de hoy se parece a la diferencia entre hacer una gilipollez o ser un gilipollas. Una cosa es venial y la otra, mortal.
He muerto muchas veces.
¿La mano va al balón, o va el balón a la mano?
ResponderEliminarEse rollo de las intenciones, en la intimidad de un despacho, con el padre Blas, ¿no te hizo sentirte un poco Epi?
PD - En serio: no sabes cuántas veces se puede llegar a mutilar a un hijo...
¿Eso que explicas es verídico? Necesito corroborar en mi ingenua mente que alguien pudiera decir tamaña gilipollez y ganarse con ello el título de gilipollas mayor.
ResponderEliminarY ¿No crees que hay gilipollas que no tienen intención alguna de serlo?
ResponderEliminaralberto: no te voy a responder. No tengo hijos (los tuviste tú por mi en un universo paralelo)
ResponderEliminarIna: es verídico. Bilbao. 1989.
Cárol: quizá tienes razón y hay mucho gilipollas que cree, de si mismo, que es un adalid de la inteligencia y la verdad. No sé que es peor. Supongo que la falta de consciencia aunque ésto último implica falta e sentimiento de culpa y, por defecto, felicidad (ver el libro: cómo me convertí en un estúpido http://librospdf.gratis/libro-como-me-converti-en-un-estupido/HBCxHO8xcZodcpoxct7x9BEy9OE/)