Eso le preguntan George Clonney después de pasar toda la película defendiendo lo estupendo que es vivir solo, sentir la libertad, poder hacer lo que quiera sin tener responsabilidades u obligaciones. Y, al final, termina con cara de abandonado en la cola de un aeropuerto que, casualmente, es un lugar de reencuentros, de abrazos y de alguna que otra absoluta soledad. No hay indiferencia cuando se alcanzan algunos destinos. A veces el arrepentimiento parece suficiente pero no lo es.
Recuerdo un día, en un lugar desde el que había unas vistas fantásticas de la bahía, con un amigo que se sentó en un asiento mojado.
ResponderEliminarNo sé si fue un día importante, pero es un día que recuerdo (tras haber tomado las pastillas).
Ahora no hay perros ladrando, ni niños corriendo, ni preguntas pendientes de ser respondidas; es el momento de estar tranquilo.
Gracias.
PD - No. No soy un robot.