21 de junio de 2014

Verano digestivo.

Hoy, a las 12:51, ha empezado el verano
En realidad es un tiempo extraño, de esos en los que los calcetines y las chanclas se encuentran por la playa. Son esos meses en los que se pone encima de la mesa la esperanza, peliculera y tontuna, de que se arregle como en un cuento de hadas lo que no se pudo solucionar en invierno, ni en otoño, ni con las luces ilusionantes de la primavera. Al principio es un "esta vez sí" y a mediados se convierte en "ya verás como". Al final es un "ahora o nunca". En EEUU se ha puesto de moda el YOLO, que es la estupidez supina de vivir cada día como si fuera el último porque se agarra a la obviedad "coheliana" de que cada día es único. El problema es que es el único para cagarla, también.

Por supuesto que cada uno lo vive como quiere. Puede ser el año del whatsapp o puede ser uno de esos en los que se procura que las fotos tengan un bonito paisaje y una sonrisa enorme para autoconvencerse que es el mejor de todos o, como efecto colateral, mejor que el de los demás. Esto de estar por encima de los demás es muy humano. Follar más, ir más lejos, beber más rápido, tener más visitas en los videos de youtube, más amigos en facebook o simplemente más followers. Da igual la calidad, la entereza, el efecto que genere sobre nuestra parte más interna o nuestra psique más personal, el caso es que sea más. Si es más, como una audiencia extrema, se le presupone mejor.

Y no, no lo es. Hace tiempo, mucho antes de que Bisbal fuera citado por los nuevos reyes en vez de algún músico virtuoso, que la mayoría demostró que no es sinónimo de bondad o de felicidad. La mayoría es simbolo de saturación, como un outlet de centro comercial en un sábado con niños. ¿La mayoría es tonta?. No. La mayoría es FACIL.

Fácil es tostarse al sol sin hacer nada, comer comida precocinada, ir a lugares marcados en las guías turísticas con una estrella. Fácil es la telebasura y la canción del verano, crtiticar al gobierno, hablar de fútbol. Fácil es decir a todo que sí y no hacer nada, culpar a los demás, esconderse en una cueva o en la cueva de la multitud.

Es difícil asumir los errores propios, sentarse en la hierba para tomar aire y enfrentarse a uno mismo identificando las mil maneras en las que nos protegemos de nosotros y marcar los cien motivos para no cortarse de un tajo las venas. Es difícil decir sinceramente "quiero verte a tí" y estar preparado para recibir un "no" sin saltar al cuello de las debilidades ajenas. Es dificil sentarse a ver los desvíos incorrectos. Es difícil aprender, después de una siesta veraniega, que puede que las cosas no sean ningún cuento, que estemos hechos de hielo, que nos derrita el verano o que no lleguemos al invierno y, aún así, sigamos sin ir por el lado fácil de la vida que se metamorfosea en una estación en la que vuelven a ganar los mediocres. Y las reposiciones. Y los mundiales perdidos.

No espereis a John Wayne al frente del ejército mientras viene a salvaros al son de una corneta.No hay salvación en el lado fácil aunque pero me han dicho que es mucho más divertido hasta que llega septiembre.

Ni tú ni yo somos John Wayne.

Una canción de Los Enemigos no es más digestiva que una de Disney, pero dice mucho más aunque no  deje bañarte.

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