Soy un tipo racional.
Y sin embargo por alguna razón, quizá con la creencia de que sin conocer algo es imposible criticarlo, he leido a Bucay y a Coelho, he soportado tonadillas infumables llenas de melancolía de instituto y he revisado uno por uno los estados de whatsapp de mis contactos. "Sueña como si fuera a vivir siempre y vive como si fuera a morir hoy", "La vida no es esperar a que pase la tormenta", "Solo hay dos cosas que podemos perder: el tiempo y la vida...2º es inevitable y la 1º imperdonable", "No se puede volar con águilas si estas rodeado de pollos"... Entonces es cuando me doy cuenta: La invasión de los místicos está llegando.
Estoy absolutamente convencido de que cuando la ciencia era incapaz de demostrar muchas cosas eran las creencias las que daban las explicaciones plausibles. Los eclipses, los terremotos, los dioses en cólera. La magia. Poco a poco, quizá con el método científico en una mano y la ciencia en la otra, fuimos encontrando explicaciones a casi todo. Luego llegó la informática y los viajes en el espacio. Quizá en ese momento en el que la razón era más compleja que las creencias es cuando algunos tiraron la toalla y necesitaron volver a creer. En ese momento creer, como un mal anuncio de televisión en el que lo puedes hacer todo si compras unas zapatillas, volvió a ser necesario para levantarse por la mañana. Eliminar la justificación lógica y compleja de nuestra vida cambiándola por una mierda creíble y bonitamente formulada ya es más fácil. Creer que es el hombre de tu vida en vez de una excusa rápida y pueril para no afrontar el miedo humano a la soledad, leer que "los objetivos están en tí" cada vez que abres la nevera en vez de aceptar y avanzar con las cartas que te tocan y que son las que no puedes cambiar es mucho más sencillo.
Hacer propias las frases grandilocuentes que se le ocurrieron a un mierda sentado en el baño son la excusa de muchos para levantarse cada mañana. Y,quizá, no son tan malas si es que se levantan, aunque se levanten engañados. No son tal basura descomunal como parecen si es que van por ahí sin hacer daño a nadie. Pero lo hacen. Lo hacen porque dicen lo que quieres oir: que puedes con todo, que la verdad llegará, que te espera media naranja con zumo de amor verdadero y que todo mejora cuando menos lo esperas.
Así que un día encuentras a un nuevo feligrés del misticismo por la calle. Te sientas en una terraza y empieza con esa psicología de baratillo en la que el futuro lo creas con tus actos, llevas las riendas de tu vida, eres EL hombre que te mereces y toda esa parafernalia. "¿Por qué"- preguntas. Y vuelven a parecer más tópìcos: porque la bondad reside en cada uno, porque elimino los componentes tóxicos de mi vida, porque pongo las bases para el futuro que deseo.
Yo estuve dos años en terapia. Aún vuelvo cuando me rompo. Luché con fuerza buscando una explicación lógica a muchas de las cosas que no era capaz de comprender y tuve explicaciones a medias que aún hoy pongo en duda. Oí muchas frases perfectamente formuladas: juegos psicológicos, la utilización de la ira, el poder del niño adaptado, la limerencia, la resiliencia, "las cosas que nos pasan o que hacemos y nos duelen no son el problema, son el síntoma". "Cuando alguien te pone un reto imposible, te está diciendo que no".
En realidad busqué respuestas casi de la misma forma en la que puedo esforzarme por encontrar emoción con un disco de Pablo Alborán (sin conseguirlo). Logré más dudas, quedarme sin novia, engancharme al orfidal y tener una capacidad sobrehumana de responder en sus mismos términos a todos los que, porque vieron tres minutos de un programa de Punset, se creen los nuevos mesías de la verdad mística.
Porque hay una verdad cierta en esta tendencia: también existe una frase que dice lo contrario de forma grandilocuente: "Aprende a vivir contigo antes para poder vivir con alguien después", por ejemplo.
Los místicos nos invaden. Son más mujeres que hombres, pero los hombres también están cayendo. Es una invasión lenta y poco ruidosa. Son los creacionistas de la nueva filosofía en la que se ignorará la ciencia porque es mucho más dificil de entender que dos citas que entran en un tuit. Es más complejo explicar cómo llega la luz a tu bombilla que decir una frase que ilumine las mañanas como si fuera un faro en medio de la tormenta de los problemas que te comes como marrones.
Los místicos se entienden entre ellos, copulan entre ellos y dan a luz más místicos. Algunos dicen que hablan con sus gatos. Otros creen positivamente en el reiki y en la homeopatía. Todos dan como razón la pervivencia milenaria de sus frases, la verdad infinita de aquello que les consuela. Y lo imponen como cierto sin decir más, sin pensar más, sin razonar más allá. Devoran libros de autoayuda con casos de extraños que les conmueven y donde se buscan, ansiosos de respuestas inmediatas. También se buscan en todas y cada una de las comedias románticas mientras sueñan con la felicidad amatoria eterna. Carecen de pausa, de método. Creo que incluso, tras ese frontal de ternura y bondad, carecen de sentimientos porque mañana tendrán una frase nueva que es probable que defienda una dirección opuesta a la anterior.
Los nuevos predicadores, y este es un dato demostrable, van ganando espacio y cuota de mercado en el campo de lo que se necesita creer cuando no se quiere pensar. Es lo mismo que considerar que basura sentimentaloide con dos acordes es música cuando no lo es. "Me gusta mucho la música, tengo dos discos de Alborán, uno de Bisbal y me bajé tres canciones de Melendi". Es lo mismo que dejarse guiar por aquello que conviene porque el resto del camino parece lleno de espinas. Es un jodido canto de sirena, una colección de esloganes pseudo psicológicos que están volviendo locos a miles de habitantes. Un vademecum de respuestas facilonas e infames que rebotan muchas personas emocionadas por creer que han encontrado la verdad y que te insisten como lo hace un testigo de Jehová en la puerta de casa para vender un libro que te llevará a la salvación eterna.
Yo estoy seguro.Tú mira a tu alrededor. Revisa los tuits, los muros de facebook, los estados del whatsapp... escucha las frases en los bares cuando la conversación toca un tema humano, cuando una amiga le dice a otra que "lo que te mereces, que es mucho, está ahí cerca". Postureo filosófico, silogismos de cuarta división, mentiras para no pensar. El ametrallamiento es contínuo y resuena como las balas pasando cerca desde todas partes.
La invasión de los místicos, como el mileniarismo, ha llegado.
Estoy absolutamente convencido de que cuando la ciencia era incapaz de demostrar muchas cosas eran las creencias las que daban las explicaciones plausibles. Los eclipses, los terremotos, los dioses en cólera. La magia. Poco a poco, quizá con el método científico en una mano y la ciencia en la otra, fuimos encontrando explicaciones a casi todo. Luego llegó la informática y los viajes en el espacio. Quizá en ese momento en el que la razón era más compleja que las creencias es cuando algunos tiraron la toalla y necesitaron volver a creer. En ese momento creer, como un mal anuncio de televisión en el que lo puedes hacer todo si compras unas zapatillas, volvió a ser necesario para levantarse por la mañana. Eliminar la justificación lógica y compleja de nuestra vida cambiándola por una mierda creíble y bonitamente formulada ya es más fácil. Creer que es el hombre de tu vida en vez de una excusa rápida y pueril para no afrontar el miedo humano a la soledad, leer que "los objetivos están en tí" cada vez que abres la nevera en vez de aceptar y avanzar con las cartas que te tocan y que son las que no puedes cambiar es mucho más sencillo.
Hacer propias las frases grandilocuentes que se le ocurrieron a un mierda sentado en el baño son la excusa de muchos para levantarse cada mañana. Y,quizá, no son tan malas si es que se levantan, aunque se levanten engañados. No son tal basura descomunal como parecen si es que van por ahí sin hacer daño a nadie. Pero lo hacen. Lo hacen porque dicen lo que quieres oir: que puedes con todo, que la verdad llegará, que te espera media naranja con zumo de amor verdadero y que todo mejora cuando menos lo esperas.
Así que un día encuentras a un nuevo feligrés del misticismo por la calle. Te sientas en una terraza y empieza con esa psicología de baratillo en la que el futuro lo creas con tus actos, llevas las riendas de tu vida, eres EL hombre que te mereces y toda esa parafernalia. "¿Por qué"- preguntas. Y vuelven a parecer más tópìcos: porque la bondad reside en cada uno, porque elimino los componentes tóxicos de mi vida, porque pongo las bases para el futuro que deseo.
Yo estuve dos años en terapia. Aún vuelvo cuando me rompo. Luché con fuerza buscando una explicación lógica a muchas de las cosas que no era capaz de comprender y tuve explicaciones a medias que aún hoy pongo en duda. Oí muchas frases perfectamente formuladas: juegos psicológicos, la utilización de la ira, el poder del niño adaptado, la limerencia, la resiliencia, "las cosas que nos pasan o que hacemos y nos duelen no son el problema, son el síntoma". "Cuando alguien te pone un reto imposible, te está diciendo que no".
En realidad busqué respuestas casi de la misma forma en la que puedo esforzarme por encontrar emoción con un disco de Pablo Alborán (sin conseguirlo). Logré más dudas, quedarme sin novia, engancharme al orfidal y tener una capacidad sobrehumana de responder en sus mismos términos a todos los que, porque vieron tres minutos de un programa de Punset, se creen los nuevos mesías de la verdad mística.
Porque hay una verdad cierta en esta tendencia: también existe una frase que dice lo contrario de forma grandilocuente: "Aprende a vivir contigo antes para poder vivir con alguien después", por ejemplo.
Los místicos nos invaden. Son más mujeres que hombres, pero los hombres también están cayendo. Es una invasión lenta y poco ruidosa. Son los creacionistas de la nueva filosofía en la que se ignorará la ciencia porque es mucho más dificil de entender que dos citas que entran en un tuit. Es más complejo explicar cómo llega la luz a tu bombilla que decir una frase que ilumine las mañanas como si fuera un faro en medio de la tormenta de los problemas que te comes como marrones.
Los místicos se entienden entre ellos, copulan entre ellos y dan a luz más místicos. Algunos dicen que hablan con sus gatos. Otros creen positivamente en el reiki y en la homeopatía. Todos dan como razón la pervivencia milenaria de sus frases, la verdad infinita de aquello que les consuela. Y lo imponen como cierto sin decir más, sin pensar más, sin razonar más allá. Devoran libros de autoayuda con casos de extraños que les conmueven y donde se buscan, ansiosos de respuestas inmediatas. También se buscan en todas y cada una de las comedias románticas mientras sueñan con la felicidad amatoria eterna. Carecen de pausa, de método. Creo que incluso, tras ese frontal de ternura y bondad, carecen de sentimientos porque mañana tendrán una frase nueva que es probable que defienda una dirección opuesta a la anterior.
Los nuevos predicadores, y este es un dato demostrable, van ganando espacio y cuota de mercado en el campo de lo que se necesita creer cuando no se quiere pensar. Es lo mismo que considerar que basura sentimentaloide con dos acordes es música cuando no lo es. "Me gusta mucho la música, tengo dos discos de Alborán, uno de Bisbal y me bajé tres canciones de Melendi". Es lo mismo que dejarse guiar por aquello que conviene porque el resto del camino parece lleno de espinas. Es un jodido canto de sirena, una colección de esloganes pseudo psicológicos que están volviendo locos a miles de habitantes. Un vademecum de respuestas facilonas e infames que rebotan muchas personas emocionadas por creer que han encontrado la verdad y que te insisten como lo hace un testigo de Jehová en la puerta de casa para vender un libro que te llevará a la salvación eterna.
Yo estoy seguro.Tú mira a tu alrededor. Revisa los tuits, los muros de facebook, los estados del whatsapp... escucha las frases en los bares cuando la conversación toca un tema humano, cuando una amiga le dice a otra que "lo que te mereces, que es mucho, está ahí cerca". Postureo filosófico, silogismos de cuarta división, mentiras para no pensar. El ametrallamiento es contínuo y resuena como las balas pasando cerca desde todas partes.
La invasión de los místicos, como el mileniarismo, ha llegado.
Más de un año después, el reto que me planteé no se ha cumplido (todavía), pese a que siga esperando.
ResponderEliminarPero estás inspirado, c a b r ó n
Con lo bien que abrazamos las místicas...ainssss
ResponderEliminarAlberto: gracias.
ResponderEliminarBaolen: lo desconozco, llevo sin abrazos tiempo inmemorial. Ni místicos ni con roce. Será por la mala leche.
Que ya llegará lo que mereces, hay algo bueno para ti en el futuro, lo mejor está por venir solo hay que saber esperar...que cosechas lo que siembras, como si fuera lógico que un huerto de manzanos entregue agrios limones (como que es contagiosa la cosa mística esa). En eso del tiempo sin abrazos te aseguro que llevo el récord.
ResponderEliminarLo de los abrazos es que no vale cualquier abrazo... y menos aún abrazos de segundo plato o abrazos con trampa. No valen si tienen precio. (Joder, qué mania con lo de los abrazos. Yo sólo quería decir lo hartísimo que estoy del postureo ese de las frasecitas que parece que dicen mucho y no dicen nada pero algunos se las creen) Si es que os quedais con lo facilón...
ResponderEliminarAnexo: agradezco sobremedida los insultillos via fb y otros caminos varios. El post tiene mala leche pero una buena dosis de verdad: para no afrontar la verdad cada uno se esconde donde quiere aunque sea mentira.
¡Qué manera de estar de acuerdo con eso de los abrazos!aunque no era mi afán centrarme en aquello(soy la del comentario anterior, solo que no sé porque ridícula razón había cambiado el nombre). Pero dejando la manía de lado, tal como dices el post tiene la dosis perfecta de verdad, y sin buscar ser condescendiente, contrastar con la realidad cada párrafo y ver que en lo concreto así es, puede llevar a otros a no asimilarlo de la mejor forma.
ResponderEliminarCréame que no tengo nada contra el verdadero misticismo, pero la mayoría de los actuales autores son, simplemente, gente que ha hecho un estilo literario que parece sacado de power-points llenos de perogrulladas.
ResponderEliminarEn el fondo, creo que todo adulto sabe que la sociedad está a contramano de una vida feliz y pacífica. Pero necesitan comprar estos libritos, entresacar frases de ellos... en fin.
Menos CAMBIAR, hacen cualquier cosa!!!
Saludos.
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ResponderEliminarPor un momento creí que era la tercera parte de LA REBELIÓN de ATLAS.
ResponderEliminarYa sé que es muy denso el libro pero su esencia es que el misticismo-SENTIMIENTO se impone a la virtud-RAZON.
AYN RAND, la escritora de orígen ruso, narra que el HOMBRE sólo glorifica LA FUERZA o EL MISTICISMO, aquello que tenemos de animal, fente a la RAZÓN que nos separa de las bestias.
¿Quién es John GALT?
.
http://es.wikipedia.org/wiki/John_Galt
ResponderEliminarAyn Rand es la inspiradora del capitalismo a ultranza, del no intervencionismo, de la lucha del individuo frente al conjunto de la sociedad.
ResponderEliminarAyn Rand es la ideóloga de la doctrina económica defendida por el mayor capullo del universo, Alan Greenspan, uno de los que hay que pensar como responsable de la gran estafa que todavía tardaremos años en pagar.
No sé quién es John Galt, pero sé que Ayn Rand es una hija de la gran puta.
(((ya sé que leído no suena nada místico; escuchado, menos)))
A veces los reflejos tardan en aparecer en un espejo.
ResponderEliminarEstoy programando uno que aparecerá, si todo va bien, a las 9:35.
Thor.