22 de noviembre de 2012

El gen imbécil de la picaresca.

Estoy absolutamente convencido que si no existiera la posibilidad de que alguno se agarrara a lo de "como dice la ley que no me puedes deshauciar, no pago" no sería necesario poner una línea entre los que pueden y los que no pueden ser pateados en el culo desde las casas que tienen a medias con sus bancos, porque suyas no son aún.

De la misma manera si las personas que van a los juzgados lo hicieran con la convicción absoluta de que la razón les posee no sería necesario poner una tasa que te hace pensar más de una vez si irte a la caza y captura de un abogado. Supongo que las querellas y las denuncias que se tiran a la cara los tertulianos de tele5 en los juzgados de Alcobendas se acabarán de una manera inmediata o veremos a Mila Ximenez pidiendo en la Puerta del Sol. "Una limosna para una querella, por compasión". 

Ayer pensé que las leyes y los políticos se parecen, en determinada forma, a la televisión. Quiero decir que es más que probable que tengamos los programas que vemos de la misma forma que tenemos las leyes y los políticos que nos merecemos.

Si no viviéramos en un pais de mangantes y aprovechados que se empeñan en ver la forma de engañar a hacienda, de sacar dos euros más a sus seguros, de jactarse de haberse pirateados todas las películas de Crepúsculo (corpúsculo lo llama un amigo)... probablemente no habría que poner líneas para que más de uno utilice lo que se pensó para el que lo necesitara en su beneficio sin pensar en los demás.

Me puedo referir a esto mismo, a las ayudas que alguno cobra sin merecerlo, a las mujeres que denuncian a sus maridos para acelerar los procesos de divorcio o a los que, sin tener otra cosa peor que hacer, se van a las colas de los juzgados porque dicen que se tropezaron con una baldosa suelta porque ya se sabe que los ayuntamientos pagan. Los mismos que cobran bajas laborales sin tener dolencia alguna y los mismos que dicen que les duele mucho el cuello cuando simplemente les has rozado con el coche.

Esos y ese gen de picaresca imbecil que parece que nos encanta alimentar son los que consiguen que una viuda se quede sin ayudas porque el dinero se acabó, que una mujer maltratada sea mirada de mala manera cuando va a poner la denuncia al juzgado, que manden a la calle a una familia con mala suerte o que se piense que un parado lo está porque lo desea con ansia.

Esos y ese gen son los que cambian las leyes para castigar a todos por la mierda que vomitan unos pocos o unos muchos, depende de donde mires.

Las excepciones, que lo son, terminan siendo culpables del daño de la mayoría.

1 comentario:

  1. Los que tuvimos que leer en Bachillerato (os acordáis?) el Lazarillo de Tormes sabemos que desde entonces nada ha cambiado en españa.

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