14 de septiembre de 2012

Metros, bancos y carteras

Conozco a alguien que dice que si se encuentra a un tipo tirado por la calle primero le robaría la cartera y después, quizá, se dispondría a echarle una mano porque, en realidad, la culpa de no tenerse en pie es del transeunte.
El mismo tipo dice, quizá haciéndose valer de su situación de subsidiario social, que el problema de una ayuda social mal dada es del que la da porque el que la cobra no es responsable de no merecerla. Eso lo dice antes de ofrecerte una calada de su enérgico porrito.

Insiste, y con eso no se aleja de alguna creencia popular, que la culpa de que alguno haya acometido un crédito que no puede abordar es del tipo del banco que se lo ofreció y no del acto de absoluta inconsciencia que supone firmar pólizas que tu trabajo no puede pagar.

Así que el problema actual, se puede deducir, no es que haya una buena cantidad de aprovechados sino que los demás lo dejamos fácil.

Lo curioso es que con ese esquema mental la responsabilidad siempre es de los demás, excepto si al que le roban es a ti.

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