24 de julio de 2012

Toros en la Monumental.

Dicen, con el glamour que da dar las noticias y las exclusivas en la BBC, que Cataluña va a pedir el rescate lo mismo que lo hizo la españolísima Valencia y la nimia Murcia, pero por una cuestiñon de porcentaje en los informativos de Antena3.

Desconozco las condiciones que el gobierno del estado les va a imponer. No creo que sean como ese tipo de invasión alemana de Europa, a base de ganar en los trasteros de la soberanía o con la obligación de dar ventajas fiscales a las empresas germanas porque, en realidad, si un ahogado salva a otro ahogado lo más normal es que mueran los dos bajo el flotador (y entiéndase mal) de Angela.

Como en España somos así estoy convencido que Esperanza Aguirre pedirá rápidamente que se repongan los toros en la Monumental y que Isabel Pantoja no pague con cárcel sino con la obligación de cantar copla en las Ramblas para hacer de aquel lugar una nueva Marbella.

En realidad a más de uno se le habrá pasado por la cabeza.

Cuando Franco se llegó al poder y vió que galicia, Euskadi y Cataluña tenían la fea costumbre de ir por libre tomó una decisión estratégica: puso y potenció muchas empresas en dichas regiones sabiendo que millones de emigrantes de la España más profunda colonizarían culturalmente el campo del fútbol de San Mamés hasta lograr que el himno de Athletic se convirtiera en un pasodoble. Y no fué así porque un montón de años después los hijos de aquellos inmigrantes quemaban contenedores sintiéndose más vascos que el mismo Sabino Arana. De la misma forma hoy en día hay más Bolivianos besando el escudo del Barça que paseándose con la roja por el medio de la diagonal.

Ahora, gracias al ejemplo alemán y a ese regusto de sentirse más chulo que nadie hasta descubrir que en el saco de la caja ya no queda nada (aunque se insista que se ha regalado todo a la pobre España), a más de uno se le pasará por la cabeza acabar con el catalanismo a golpe de talonario.

Más de un extremeño, de un andaluz, de un burgalés... esperarán a ver cómo al grito de "dame argo payo" llegan esos snobs catalanes a la puerta del Banco de España y sentirán ese regusto absurdo que se tiene cuando ves tropezarse al contrario, aunque el contrario te lleve un par de vueltas de ventaja.
En españa somos así de estúpidos. Nos encanta ver sufrir al vecino y decir que no cuida la fachada del inmueble sin darnos cuenta que por su salón pasa una viga que si cede nos vamos todos al pavimento.

Alguno, más de uno y más de cien mil, habrán pensado lo de los toros por la misma razón por lo que cataluña se gastó un dineral en quitarlos: porque es algo muy español.

Y, mientras nos regodeamos en eso, cierra otra empresa. Ni siquiera es de toreros.

2 comentarios:

  1. De verdad te crees eso del colonialismo cultural programado por Franco????

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  2. tiene una explicacion lógica. Así lo leí en algun lugar y ... a mi me cuadra.

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