''Los chinos ponen una persiana y allí comen, duermen, procrean... No sé dónde se mueren, pero van a competir con nosotros de una forma tremenda'' (Iñaki Azkuna. Alcalde de Bilbao)
Como es de suponer resulta una frase tremendamente desafortunada. Primero por hacer esa diferenciación entre "ellos" y "nosotros" como si las reglas del juego fueran diferentes. Después por hacer hincapié en esa idea tan actual y machacada por la crisis en la que los ciudadanos somos piezas generadoras del dinero necesario para seguir engrasando un sistema algo reseco.
Cuando yo era pequeño fui un niño aplicado. Recuerdo que estudiaba cuando había que estudiar, comía cuando tenía que comer y dormía cuando mi adorado progenitor lo estimaba conveniente. Es más, podría llegar a afirmar que incluso jugaba cuando, a que y con quien se consideraba oportuno. Se podría decir que vivía bajo el gran hermano (al estilo Orwell, que no Milá) que había decidido por mi (creyendo que su acción era la adecuada). Así que hoy no tengo un recuerdo especialmente feliz de mi infancia pero poseo un currículum del que podría sentirme orgulloso. Es más, trabajo como un chino porque lo tengo grabado a fuego como la manera correcta de hacer las cosas y porque soy tremendamente autónomo.
Pero se me olvidó aprender a ser feliz y a distinguir aquellas aficiones, aquellos juegos e incluso a tener amigos que es algo que un niño tiene marcado en su propia identidad de ser social, que es lo que somos.
Ahora, que estoy aprendiendo a relacionarme con la gente de una forma natural, mi psicólogo es rico.
Y creo entrever que muchos de nuestros dirigentes se empiezan a comportar como mi padre olvidando que una persona es mucho más que un generador de dinero y de impuestos.
Porque somos seres sociales. En la literatura griega existe una historia en la que a un personaje se le castigaba, por parte de los dioses, a repetir eternamente la misma conducta errónea.
Cada vez veo más chinos en discotecas y menos "autóctonos" divirtiéndose, Sr Azkuna.
si sólo haces rico al psicólogo y no al psiquiatra, siéntete afortunado (es tanto o más caro).
ResponderEliminarSobre los chinos... es que son diferentes. Me explico: cuando veo uno (aunque sea de Barakaldo) lo distingo.
Supongo que a ellos les pasa lo mismo con nosotros.
por cierto, el chino de mi barrio abre los domingos (mañana y tarde) y por mucho que espero a tu puerta, no suelo verte dentro.
ResponderEliminaryo estoy de 10-14 y de 16h30 a 20h30
ResponderEliminarlos sabados de 11 a 13h30
8*5=40+2.5= 42.5 horas minimas a la semana.
y te recuerdo que el comercio no se llena solo y que muchos dias a las 22h00 también estoy. Échale cuentas, que en una competicion de gilipollas puede que me toque medalla.