21 de abril de 2012

Record Store Day


Hoy es el Record Store Day. Más o menos, y de la misma forma que existe el día de las enfermedades raras, es el día en el que se te recuerda que existen unos pequeños lugares, transformados en centros de oración musical donde últimamente sólo van devotos, en los que se venden esas piezas místicas con carátulas y libritos en su interior anteriormente llamadas discos.

Las tiendas de discos son, al menos en mi caso, el reflejo en el que pude llegar a decir que pasé de ser un niño a ser un adolescente y, más tarde, un adulto en busca de el cáliz sagrado de la composición perfecta para éste o aquel momento. Fue donde le compré aquel vinilo. Fué donde con una mano pasaba los discos y con la otra sujetaba el montón que se iba creando. Fué donde le pregunté al tipo que estaba detrás del mostrador, con ese aire de intelectual moderno que tienen los "discófilos", qué era lo que sonaba. Fue uno de esos lugares donde mover la cabeza al ritmo de la música que suena es cool, lo cual es casi una ordinariez si lo haces en un ascensor de El Corte Inglés.

Las tiendas de discos tenían ese regusto a lugar de reunión, a ser un sitio en el que sabías positivamente que en algún montón se encontraba esa canción que no conocías y que era, como un billete de 20€, esa sorpresa que te mantenía feliz el resto del día.

Sin embargo y por alguna oscura razón las tiendas de discos, de la misma forma de las tiendas de ultramarinos, han ido cayendo en el olvido. Las tiendas de ultramarinos se han reconvertido en mercados de alimentación con mano de obra (y capital) china. Las tiendas de discos terminaron siendo, casi como la sala de recreativos a la que ibas de pequeño, un recuerdo y un local vacío con posters, en las paredes, de la época gloriosa del rock&roll. Bob Dylan mira de reojo el polvo que se va acumulando y Ziggy Stardust es un recuerdo de épocas más glamurosas.

Hoy es un día para recordar aquellos momentos. Es un día para darte cuenta que los 10€ que cuesta, hoy por hoy, un buen disco, merece la pena más allá de esperar a ver cómo se descarga en tu ordenador una canción a la que no prestarás la suficiente atención de la misma forma que el ser humano moderno no es capaz de cerrar los ojos para escuchar lo que le está recorriendo el cuerpo, a nivel de sentimientos, de vez en cuando.
Hoy es el Record Store Day.

Aún quedan tiendas de discos. Que no se mueran.

Pd: Y si estás en Bilbao, nos vemos a las 19h00 aqui. Yo pago la primera cerveza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario