14 de septiembre de 2011

Extremoduro, filosofía.

"Las letras de Extremoduro son filosofía contemporánea en estado puro"- me ha dicho hace un momento. Y tiene toda la razón. El problema, enfrentado a la concepción musical actual que se basa en ritmos insulsos y letras hechas para no reconocerlas, es que requiere el esfuerzo de la escucha, que no está en la mano de la mayoría de los oyentes de las radiofórmulas pobladas de Spears, Bisbales, Guettas y Beyonces. Parece que se utiliza la música para que te agite tras una copa y antes de follarte a un extraño o para que rellene los huecos de la forma más cool ambient posible que deja en tu cuarto el vacío de la soledad. No encuentras, entre alguna grabación y a modo de oasis entre sonidos válidos pero vacíos, aquello que sonando te remueva nada porque eso de remover, como es lógico, te puede hacer enfrentarte a fantasmas que no deseas encontrarte.

Extremo, desde la vereda de la puerta de atrás, siendo so-payaso, llegando a la cama (y, joder que guarrada sin tí) e incluso haciéndose llamar Jesucristo García, es capaz de revolverte y de decir aquellas cosas que no eres capaz de susurrar al oído de tus propios pensamientos.

Eso es lo que les hace grandes. Eso, precisamente, es lo que les hace que sean de aquellos grupos que necesitas de vez en cuando y que no eres capaz de jurar que te llegan cuando escuchas "me acuerdo de ti, me cago en tus muertos, no puedo dormir, me sueño que has vuelto." No eres capaz de pedir, algún dia, que quieres quedar cerca del suelo,a la altura de su cintura. No eres capaz de decir que el mejor consejo es "ama, ama y ensancha el alma". No eres capaz de admitir, que no sabes de donde sale el sol, ni de qué se esconde...

Los niños, algunas letras, y los borrachos, dicen siempre la verdad. Solo hay que escucharlos. Este post está lleno de enlaces para guardártelos y sacarlos los días que lo necesites. Claro que reconozco que no está de moda aquella música y esas palabras que exaltan las verdades que te recorren por dentro. Para no mirarlas se hizo el botón de pausa y todo lo que suena en los bares de moda. Defiendo la necesidad de tener una película que te haga pensar entre mil films románticos de final feliz, un pedazo de letra de extremoduro en la memoria para recordarte que eres humano y que posees esos sentimientos de verdad que no se endulzan para convertirse en la banda sonora de un anuncio de algún empresario sueco relleno de marketing pero sin corazón.

Lo dicho: filosofía. Lo importante es hacerla.

3 comentarios: