No hay nada más desconcertante que ver a un tipo con calcetines blanquisimos, zapatillas deportivas con colores, gafas de sol,gorra pelo corto, pantaloncillos justo a la altura de la rodilla con la firma de Nadal y la camiseta de su equipo de futbol mientras echa una miradita alrededor de manera desafiante cuando va llenando el depósito de su Renault18 en la gasolinera.
Luego descubres que en el interior del coche le espera una buena muchacha de pechos prominentes, ojos pintados, sandalias que le suben por los tobillos, short prieto, mirada perdida y un ensortijado pelo largo con las mismas ondulaciones que Shakira.
Lo que mas te jode es que aparentan ser felices cuando bajan las ventanillas y salen, casi picando rueda, entre el rugido del motor y la última remezcla de David Guetta o Bob Sinclair.
Pd: podría ser peor, podría ser uno de esos sonrientes productos universitarios centroeuropeos que creen estar de vuelta de todo y, si no se creen una copia de Tom Cruise a lo Top Gun, tienen un sombrero de paja preparado para disfrazarse de hippy depilado que veranea entre Ibiza y Salou con una muchacha igual que la anterior pero más alta y el pelo recogido con una coleta que te mira con una cara de aquellas que dicen: "sé que me quieres follar. Ayer me hice la brasileña". Su novio y ella ponen Cafe del Mar cuando fornican sin despeinarse. También son felices.
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