La teoria del 10%

Un grupo de científicos afirman, con la omnipotencia desagradable que da trabajar en el instituto politécnico rensselaer de Nueva York (y mucho tiempo libre), que cuando el 10% de la población considera algo como inquebrantable siempre es adoptado por la mayoría como cierto.

Hemos de suponer, por consecuencia, que Amy Winehouse era una artistaza de la talla de Hendrix, Joplin, Morrison o Cobain. Es una pena porque aunque más del 10% lo crea sigue siendo falso porque lo que diferencia a los grandes de los demás (Jimmy, Janis, Jim, Kurt, Michael o Solomon Burke) es que no puede haber uno igual.

El 10% de las personas que me reconocen creen que soy un crápula, pero es mentira. Más del 10% de la población mundial cree que vive en un mundo justo y democrático, pero es falso. Un porcentaje mayor del 10% de las parejas creen que la otra es su media naranja y el 95% de los que se casan se creen que es para toda la vida aunque haya más divorcios que melones. Una cantidad superior al 10% cree que internet puede sustentar su vida social y más del 10% de los que vimos la final del primer operación triunfo creíamos que Rosa era la gran voz que llegaría lejos y luego ha sido Bisbal el que ha monopolizado el éxito a golpe de volatín.

No hace falta ser un científico para adivinar que el estudio al que estoy haciendo referencia y la capacidad artística de la Amy son igualmente falsas por mucho que alguna cancioncilla compuesta por otro que no suena a nada nuevo e interpretada por ella mole o por mucho que los investigadores hayan publicado y ese estudio decore sus largos curriculums a base de papers en revistas de postín.

Claro que asumir como cierto lo que cree el 10% de la población es una postura democráticamente válida y socialmente rentable.

Galileo fue condenado por no aceptar ese 10%. (Y giraba alrededor del Sol)