22 de junio de 2011

Hippies, los judios de la música

En 1982 ILEGALES sacó su disco homónimo que contenía la canción Heil Hitler, cuya historia revisa Jorge en uno de los últimos videos como Ilegales.

En 1982 también, Siniestro Total publicaba el disco "Cuando se come aqui" donde, en el corte 7, aparecía "Matar jipis en las Cies"

No solo y exclusivamente se les ha hecho burla desde el pseudo punk o rock peninsular sino que los hippies han sido, y son, una especie de judios de la música ya que les han hecho burla y castigado desde casi cualquier lugar menos del folk y la psicodelia de finales de los 60. Ronald Reagan les definió como alguien que tiene la melena de Tarzán, camina como Jane y huele como Chita.

Entre los años 82 y 84 la BBC realizó una serie titulada The Young Ones en la convivían, al más puro estilo grisáceo y anárquico de lo británico, un pijo, un mod, un punk y un hippie en la misma casa. L aserie mostraba al pijo como un aprovechado, al mod como un tonto de los que creen tener razón, al punk como una apisonadora sin cerebro y al hippie como un idealista que por alguna razón que no llego a entender siempre intentaba poner paz y terminaba intentando ahorcarse en el único árbol del jardin. La carta que escriben entre ellos al director de un banco pidiendo algo de dinero podría ser una reivindicación de hoy en dia.

Sin embargo y teniendo en cuenta las tremendas similitudes que existen entre aquellos años y los actuales donde parece que la necesidad de pertenencia a un grupo se va convirtiendo en una seña de identidad como quien lleva una gorra hacia atrás, una camisa por fuera y escucha reggeton sin pensar en lo machista de sus letras, quizá aparece con fuerza esa idea ingenua y pueril de la naturaleza intrínsecamente buena del ser humano. Quizá aparecerán canciones pseudo folk que cantaremos frente al fuego en medio de la naturaleza dejando que nos inunden los efluvios de la madre tierra. Y seguramente algunos, cansados de tanta felicidad entre demasiadas cosas que nos hastían, apagarán la hoguera a patadas y mandarán a los hippies a su casa, a esperar otra revolución.

Porque cada vez que han aparecido aquellos que piensan en la bondad innata del ser humano alguno se ha encargado de recordarles que si algo nos diferencia de los animales es que tenemos a flor de piel una mezquindad también innata.

Las canciones de felicidad y amor son soportables de diez a quince minutos. Las duchas se hicieron, entre otras cosas, para usarlas y aunque pedir el amor fraternal y la felicidad entre los pueblos reconozco que es "chupi" tenemos que recordar que el movimiento hippy, aparte de para vender un buen montón de televisiones en color en los años 70 no logró grandes cosas aparte de sentarse delante del gobierno de EEUU para pedir el final de Vietnam. Chita murió hace tiempo y ahora los hippies también se conectan a internet desde las furgonetas y por 3g desde las hogueras. Eso sí, musicalmente siempre han sido expulsados de las revoluciones por sosos, por idealistas y por escribir con plastidecor rosa. Eso también: Una pena lo del amor libre aunque no me imagino a la muchacha de Russian Red copulando como una bestia con cualquiera, profundamente emporrada y en medio del monte vestida con ropa de Agatha Ruiz de la Prada y la guitarra a la espalda zarandeándose al ritmo fornicador del hippioso de turno.

Dependerá de las ventas y los bolos de este año: Tiempo al tiempo.

Pd: Vale, sí: Joplin, Hendrix, Dylan, Morrison... eran muy grandes. Pero me refiero a la parte flowerpower de los hippies, ya sabes: Donovan, Peter Frampton, Carole King y James Taylor... y alguno que saca su guitarra creyéndose el Silvio Rodriguez del siglo XXI y no pasa de Ismael Serrano.

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