O_ama

La realidad es que, cual Osama Bin Laden, estoy escondido desde hace unos dias en una pequeña fortaleza en medio de la Isla de tiempo cambiante y urbanismo criticable que es Tenerife. Esta mañana me he despertado al grito de "han matado a Bin Laden" mientras me cuentan las conversaciones de las mesas adjuntas de los bares que fumo y cafeteo que un grupo nada despreciable de americanos concienciados por las libertades han salido a las calles con sus sombreros tejanos puestos lanzando disparos al aire haciendo gala de su alegría exactamente de la misma forma que saltaban de júbilo los árabes malvados que hacían lo mismo cuando 5mil americanos de pro saltaban por los aires mientras se caían las torres gemelas.

En aquel caso, de la misma forma que ahora, el lider , el último responsable de las muertes, salía en la tele hablando de justicia. La diferencia básica es que el de hoy tiene traje y un premio nobel de la paz a sus espaldas.

Le han matado un grupo de nazis a sueldo del ejercito americano con un tiro en la cabeza sin tener ningún miramiento a que el malísimo árabe se hubiera parapetado con una de sus esposas (a las que seguro pegaba, afirmará un tipo de Ohio).

Dos cosas hay que reconocer: Osama hizo un atentado perfecto, a la hora en la que los noticiarios pudieran darlo en directo y donde más pudiera dolerle al enemigo americano. Por otra parte Obama ha puesto sobre la mesa un muerto que nadie ha visto y que después de asesinarlo ha sido sumergido en el mar con la excusa moral del cumplimiento respetuoso de las costumbres del muerto, como si fuera una broma de mal gusto porque extraño, en este mundo de redes sociales, el hecho que a ningún navy seal se le haya ocurrido hacerle una foto desangrado y ponerla en facebook para ver cuantos "me gusta" consigue en pocas horas.

Los muertos de uno los vimos caer. Al muerto del otro no le veremos. Pero son muertos. Da igual la cantidad e incluso la sofisticación de la muerte. Hasta Sadam Hussein tuvo un juicio (que fue una broma) y vimos como le ahorcaban. Recuerdo el juicio de Núremberg. Me produce tanto asco ver lo facilmente que uno logró truncar la vida de los pobladores de todo el mundo con dos aviones estrellados como las expresiones de júbilo indecente de algunos anglosajones que se abrazan como cuando Clint acaba con el malo de un certero tiro tras una frase ocurrente.

La única frase ocurrente de hoy es: son la misma mierda.
Uno va iba de blanco. Otro tiene traje.
En mi escala moral los dos son asesinos, porque asesino es el que mata.

Me hubiera parecido mucho más justo hacer un juicio de broma, subirle a un rascacielos y tirarle 5mil veces.

Supongo que alguno pensará, igual que yo, que ayer salió herida (otra vez y de gravedad) una señora llamada justicia, por mucho que el muerto fuera culpable.

Nuestro mundo es una película de buenos y malos y yo no me di cuenta.