14 de mayo de 2011

La inteligencia múltiple

Decían que la inteligencia, probablemente, es el elemento más democrático que existe porque todo el mundo cree que tiene la suficiente.

Es una obviedad porque nos encanta pensar que somos mucho más listos que el vecino, pero con menos suerte.

En realidad últimamente caen sobre mi multitud de estudios relacionados con la capacidades personales o la inteligencia en si misma:

Soy un tipo distraído y leo que Las personas distraídas tienen más materia gris.

Acabo de comprarme un smartphone y leo que Los usuarios de smartphones son más inteligentes.

Sin embargo, aunque cuando era pequeño los psicólogos llenaron de emoción el corazón de mis padres con unos resultados sorprendentes en aquellos test que medían la inteligencia pero no he llegado a nada, puedo ser una prueba viviente de otro de esos estudios que afirman que Los tests de inteligencia no predicen el éxito de una persona.

¿Puedo deducir entonces que soy un tipo inteligente con poca fortuna? Me encantaría pensar que sí en el caso que la inteligencia como un estado caduco fuera una, grande y libre.

Pero parece ser que el nuevo premio Principe de Asturias, Howard Gardner, no está de acuerdo con la concepción única de la inteligencia.

Establece una teoría de aquellas que afirman que la inteligencia no es una, sino 7.: lingüística, lógica, corporal, visual, musical, interpersonal e intrapersonal. (A la que añade una inteligencia naturalista que no entiendo bien porque soy un tipo profundamente urbanita).

De esa forma es capaz de explicar que puedas hacer diseños en 3d más chulos que Frank Ghery pero después no tengas un solo amigo a quien enseñárselos. Explica que fracases continuamente en tus relaciones dejando o dejándote escapar y , por el contrario, puedas razonar más allá de Punset. Entiende, con todo ello, que quizá la inteligencia de verdad es el compendio de todas ellas y que si no te consuelas es porque no quieres o porque no funciona bien la inteligencia intrapersonal.

Este tipo de afirmaciones, como si fuera la moraleja de una película de Disney, te deján el regusto amable de poder sentir que aún eres capaz de encontrar el cáliz de tu propia capacidad que está, como el amor de la vida, a la vuelta de la esquina esperando que lo encuentres. Supongo que esa es la base más agradable de una teoría a la que te puedes agarrar si acaso estás cansado de sentirte un poco tonto o de florecimiento tardío.

Hay días en los que me repito una letra del Lichis: "yo que iba para Mariano José de Larra, me quedé en Mariñas." pero reconozco que es mucho más divertido pensar que todo el mundo es bueno, y listo. Me sirve para apretar los dientes buscando cual de las 8 es mi inteligencia favorita, aunque yo prefiero pensar que la que no he desarrollado es la novena, la Inteligencia Casual, la que me ayuda a aprovechar las casualidades que me va dando la vida.

Pd3: Mensa España (para superdotados) (de inteligencia).

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