6 de enero de 2011

Eligiendo reyes


Siempre quise un coche teledirigido por reyes. Nunca lo tuve pero siempre tenía los pies muy calientes con los calcetines los dias 6 por la mañana. Tuve diccionarios y tuve jerseys de cuello vuelto de aquellos que dejaban bolitas. Pero nunca me quejé porque esos eran los reyes que me tocaban.

Me compre el coche teledirigido cuando los niños de las siguientes generaciones podían elegir sus regalos y a sus reyes, que son esos señores mayores relacionados con el cristianismo que llegan cuando ya se ha terminado el tiempo de jugar.

Y nunca me tocó pagar el roscón. Habrá que quedarse esperando.

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