9 de enero de 2011

2011 y la moda madreselva


Desconozco el motivo por el que algunas compañías, al estilo de los gurús, se creen en la virtud de poder decirte que a lo largo del año te gustará el rosa, te volverán loco las morenas, usarás un trikini o, si eres hombre con bastante vello, tendrás que depilarte las pantorrillas.

Sin embargo cada principio de año se empeñan en intentar marcar cada una de las tendencias con las que habremos de lidiar a lo largo del mismo. Nos dicen que tendremos que oir al repetitivo Jarabe de Palo, al sobrevalorado Nacho Vegas o a la edulcorada Oreja. Insisten que habremos de ahorrar para comprarnos una tablet, jugar delante de la televisión de plasma, fomentar las redes sociales y hacer el tontísimo Foursquare que va a ser la próxima revolución 2.0 porque es una de esas cosas que no nos aporta nada pero por alguna razón nos hace sentir más cool que nuestros amigos que no lo hacen. Si lo haces con Iphone color madreselva ya te puedes creer la Paris Hilton de las nuevas tecnologías en esta década que nos abraza.

Por supuesto que desde la atalaya de la superioridad moral en la que algunos creen vivir cada vez que aparecen esas tendencias como los uniformes con los que nos quieren vestir los dictadores del consumo existe la rebelión moral contra lo marcado: No me compraré nada rosa en las rebajas y seguiré con mi elegantísimo negro. No actualizaré mi estado de facebook ni terminaré con una tablet que no necesito. Saldré de los bares cada vez que me pongan el número 1 de los 40 principales y tiraré la power balance que me convirtió en un desequilibrado.

Pero parte de mi subconsciente mirará de reojo la ropa madreselva y cuando salga fuera del bar a fumarme un cigarro y critique al freak que esté haciendo foursquare con su tablet intentaré adivinar de donde le sale esa felicidad tan tonta que demuestra cuando hace ver a su alrededor que es un tipo moderno y a la moda.

Y sabré que las tablet han bajado de precio, que el Android va francamente bien y que nunca quise tener ningún perfil pero lo consulto cada día, por el motivo que sea.

Por ahora no tengo twitter pero intuyo, con tremenda desazón, que estas indicaciones culturales tan dictatoriales terminan llenando alguna neurona fashion victim que todos tenemos en algún lugar de nuestro destartalado cerebro.

Me compraré unos calzoncillos color madreselva. Lo del foursquare aún me parece un atentado contra mi libertad de estar donde me de la gana y no tengo tarifa plana ni hay wifi gratis en los bares donde tomo café sin fumar.

Pd: Muchas veces entras en facebook, mandas un twit, haces foursquare o te compras algo de un determinado color simplemente porque la otra persona lo vea...reconócelo.

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