Un grupo de científicos de Cambridge han publicado que han desarrollado con éxito un móvil capaz de interpretar las emociones humanas gracias a sensores y software de reconocimiento de voz.
No creo que con ello sean capaces de erradicar el gran daño que suponen esas llamadas o esos sms a altas horas de la madrugada que realizas sin ningún pudor ni respeto por tu propia integridad mental o sentimental.
Cuando el teléfono estaba en casa sujeto con unos buenos tirafondos a la pared ninguno nos abalanzábamos sobre él al llegar al hogar para dejar constancia de nuestra infantil manera de añorar a quien estuviera al otro lado porque nos recorría un escalofrío de pudor pensar que quien iba a coger la llamada era el rabioso padre de nuestro objeto de deseo. Además dejar ver cómo el disco se retorcía sobre sí mismo era una tortura superior a nuestras fuerzas.
Ahora llegas y das al botón de rellamada, revisas el correo, dejas un mensaje sin conexión o das a la tecla de "redactar".
Google desarrolló hace tiempo un sistema que si detecta que vas a mandar un mail a unas horas poco apropiadas procura adivinar si tus intenciones son o no buenas. Es una idea excelente.
Las compañías de teléfono y nuestra capacidad de tropezar continuamente en las mismas piedras es lo único que sale ganando con esas llamadas, esos sms o simplemente con nuestros ojos vidriosos de la última cerveza caminando dirección a casa pensando en hacer o no esa llamada o en su defecto una cobarde llamada perdida.
Ya lo dicen por ahí: si bebes, no uses el móvil. (o mándame un sms). Yo lo hice antes que tú.
Yo no estoy de acuerdo, la gente tiene derecho a aprender de sus propios errores, un sms a las tantas de la madrugada enseña a no gastar mas bateria de la necesaria y a quien lo recibe le enseña a saber con quien está andando y asi poder elegir mejor sus relacciones, eso, entre otras cosas. Me niego rotundamente.
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