Los conciertos, que siempre han sido un referente de tolerancia y modernidad hippy, se van haciendo mayores (como yo).
Dos noticias lo van certificando:
La primera es que el festival de Glastonbury del 2012 va a verse suspendido porque todos los urinarios públicos de la Gran Bretaña se van a ir a Londres para que los londinenses y visitantes olímpicos puedan hacer sus micciones de una manera organizada. (Borrachos: sí, pero con criterio)
La primera es que el festival de Glastonbury del 2012 va a verse suspendido porque todos los urinarios públicos de la Gran Bretaña se van a ir a Londres para que los londinenses y visitantes olímpicos puedan hacer sus micciones de una manera organizada. (Borrachos: sí, pero con criterio)
La segunda es que parece ser que se está poniendo de moda por parte de los organizadores de estos macro conciertos incorporar inhibidores de señal para que no puedas mandar parte del mismo a traves de internet y así, como si fueran Ramoncín recelosos de que su version de "Come as you are", no pasen esas actuaciones al mundo infiel del ciberespacio sin pasar por caja.
Aún recuerdo cuando, acreditados como campeones, nos echaron de un concierto de Pet Shop Boys porque se podía ver parte del escenario mientras entrevistábamos a asistentes antes de iniciarse el concierto.
Aún hoy, por si alguno no lo sabe, los managers te dicen cuales son las canciones que puedes grabar si haces la cobertura de una actuación. "Puedes grabar la primera, la tres y la nueve"- porque son las canciones que están promocionando o porque se supone que son las que mejor les van a salir es lo que te dicen al oído cuando te ven con la cámara, el trípode y poniéndote el primero de la fila.
Sin embargo te pasas todo el concierto viendo cómo a base de teléfono movil siempre hay alguien que llama a su novia para ponerle el audio de esa canción que les acerca, como un enero en la playa.
En el concierto de U2, Bono, consciente de la existencia múltiple de esas lucecillas centelleantes que son los teléfonos, pedía en la anteúltima canción que encendiéramos nuestras pantallitas blancas, que es mucho más moderno pero mucho menos chulo que ver los mecheros encendidos. Claro está que ya poca gente se hace un porrito en un concierto porque está ocupado grabando de mala manera la actuación para subirla antes que nadie a Youtube.
Por mi parte resultó muy complejo airear la luz blanca de mi móvil mientras me fumaba un cigarrito antes de With or Without You para salir pensando en lo correcto, lo cronometrado, lo industrial y frio (como algunas cámaras frigórificas) que son los macro conciertos de ahora.
Y con la excusa de la seguridad, el merchandising, el consumo de alcohol, la organización milimétrica y que algunos se sepan hasta las partes del show en el que suben a una chica al escenario y el número de bises que van a dar vamos a peor, siendo peor la organizada falta de posibilidad de que esas dos horas sean de esas en las que puede suceder cualquier cosa, ni siquiera cuando buscas un urinario.
Siempre nos quedaran los conciertos en los bares.
Hombre, a mi me parece bien que se inhiba la señal de los telefonos, todos no somos reporteros y a un concierto se va a disfrutarlo, al que no le guste que se vaya que tampoco esta obligado a quedarse.
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