2 de octubre de 2010

Hablando de los Picapiedra por hablar.


Esta semana la serie de dibujos animados "Los Picapiedra" ha cumplido 50 años. El programa de radio "Hablar por Hablar", 20.

Que viejos somos.

Lo cierto es que esos 50 años para Pedro Picapiedra me parecen muchos porque yo no los tengo y son de esas influencias televisivas que te quedan en la retina del recuerdo de cuando la tele del salón pasaba de blanco y negro a color, que supongo que es lo mismo que sentirán algunos niños de ahora cuando piensen en el paso de tele gorda a tele delgada.

(Esto me recuerda uno de esos excels para adivinar qué dibujos animados eran... aqui el excel, aqui la solución)

Respecto de "Hablar por hablar" aún recuerdo aquella llamada mientra yo estudiaba a altas horas de la madrugada el Teorema de Frobenius (algebra, 2º) y un buen muchacho se mostraba preocupado porque le excitaban las fallecidas que tenía que meter en cámaras frigoríficas. "Vamos a ver-decía la presentadora un poco anonadada- si algún otro oyente te puede ayudar". Un momento después un hombre, por la voz de edad y seriedad en sus planteamientos, le decía basándose en su experiencia que eso se solucionaba con un par de polvos y que luego, al ver que aquello no avanzaba, se le pasaría solo como un mal acné. Ese día llegué a la conclusión que estaba consumiendo radio para perdedores, como los anuncios de la teletienda de antes.


Porque lo cierto es que cuando te quedas en tu casa hasta las tantas con la compañía de la radio y la miseria que te acompañe en forma de mal trabajo, soledad o apuntes ese programa cumple la función de demostrarte que siempre hay alguien que está peor que tú.

Y los picapiedra, al menos Pedro, marca a fuego la idea de que aún siendo un patán puedes tener una mujer lista y encantadora como Wilma, un buen amigo como Pablo y una mascota que te saluda como si no te hubiera visto hace años en cada capítulo.


El éxito de ambos programas es enseñarte que se puede estar bien siendo peor que tú. Casi todos los programas de éxito tienen ese componente, telediario incluído. (Piensa en Peter Griffin, Homer Simpson, Aquí no hay quien viva, Belen Esteban...). Cuando mi padre se sentaba al lado de mi madre sobre ese sofa de flores retapizado y veían "un millón para el mejor" admiraban, como la sociedad de la época, a los concursantes cultos, a las mentes prodigiosas... Después llegué yo y me gustaba MazingerZ y ver V antes de marchar, los primeros años de merendola y luego de guateque, con mis amigos a la calle. Ahora todos esos concursantes que acabaron con "el tiempo es oro" viven residentes en un sólo programa de la2. Los niños juegan en lugares asépticamente cerrados o en columpios de suelo acolchado y se alquilan lonjas donde hacen botellones privados. Los grandes premios y las grandes audiencias son para imágenes limitadas de nosotros mismos porque parece ser que la televisión pasó de ser una fuente de aprendizaje a un proceso de entretenimiento hipnotizante y facilón..

Pd: a mi me ponía la mujer de Pablo Marmol, Betty
Pd3: Cada vez veo menos la tele pero cada vez internet se parece más a la peor tele....

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