17 de septiembre de 2010

Las acciones obvias ilegales

De la misma manera que las organizaciones sindicales se hicieron para proteger a los compañeros de empresa de los desmanes del malvado dueño empleador y en algún que otro caso se han convertido en el saco de los vagos que se jactan de ser más listos que tú, como si fueran los hijos de perra del sistema hoy salta la noticia de un tipo que entró en un banco de Wastonville (a robarlo) terminando detenido mientras pedía el crédito que le convencieron que necesitaba.

Eso no quita que las organizaciones sindicales sean piezas importantes malversadas en la situación que estamos viviendo desde hace unos años y que los ladrones no suelen generar en mí la carita de compasión que me da el de la noticia.

Tampoco quita que las viviendas de protección oficial sean una buena idea de un sistema que busca, dentro de una visión capitalista del mundo, el equilibrio entre las clases sociales. Sin embargo todo el mundo conoce a un amigo que tenia un primo que tenia un amigo que conocía a un tipo que le puso el primero de la lista para lograr un pisito barato.

De esa misma forma está estupendamente bien que en nuestro modernísimo país sea un delito dar una bofetada a un menor porque hay que preservarlos de todos esos abusos familiares o eclesiáticos a los que han sido sometidos a lo largo de los siglos. Claro está que si tu hijo se ha escapado del colegio, ha matado un gato y te ha robado la cartera se merece una bofetada o dos, aunque eso termine con tus huesos en la cárcel.

En los centros de menores donde terminan los casos perdidos de las infancias y las adolescencias estatales no se puede tocar a un buen muchacho que está dentro por matar a sus padres mientras violaba a su hermana y nadie se pregunta por un solo instante cómo tienen que pararle los pies los educadores sociales que se enfrentan a una fiera de 16 años de casi dos metros loca por descargar su ira.

Así que como la ley prohíbe el castigo físico un grupo de antiguos internos ha decidido sacar tajada económica de las acciones obvias de los centros de la comunidad de Madrid.

Nadie, legalmente hablando, es capaz de pensar que si con la muerte de Marta del Castillo algún menor vendió su alma a Tele5 en forma de declaración pagada quizá sea el momento en pensar que por mucho menor que sea merece cierto correctivo o se nos llenará el pais de Rafitas con homicidios, violaciones, robos y burlas a la justicia a sus espaldas.

Existen parejas que han firmado su amor sin soportarse y parejas que añoran tus abrazos y luego juran que nunca firmaron nada que les amarrara a tu calor. Existen documentos que se escriben y promesas que no valen nada.

Lo que quiero decir es que leyendo la ley y paseando por la calle aparece delante de mi un tremendo salto cuántico entre lo que nos gustaría que fuera la realidad y lo que la realidad realmente es.

Poco o ningún favor hace un sindicalista tocándose los cojones con un vino a las doce de la mañana de cualquier jueves, una mujer haciéndo una denuncia falsa de malos tratos para acelerar sus trámites de divorcio, un menor intentado robarte pidiendo la cartera a cambio de no denunciarte por abusos (verídico), un inmigrante acusando de racismo a quienes le pillaron con las manos dentro del coche ajeno, un etarra diciendo que no le pidieron formalmente con educación la situación del zulo donde guardaba los explosivos o un subsahariano en Melilla indignado porque se ha pinchado al intentar saltar la valla.

No digo que tenga que convertirse este mundo en un granero de paja con agujas como Clint Eastwood pero mirando de reojo la ley me extraña mucho que no haya más acciones obvias ilegales, porque son obvias, son reales. Pertenecen a la vida real, no a la en que nos gusta pensar que vivimos y para la que legislamos eticamente.

Pd: Supongo que se parece a la dicotomía entre aquellas cosas que queremos pensar y las que son en realidad.Tan difcil Tan facil, aquella canción en que se junta rabia y añoranza a partes iguales. (Los Piratas, Manual para los fieles, 1997)

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