La universidad de Stony Brook publicó hace tiempo un estudio que contradecía esa teoría caduca que afirma que la pasión en la pareja se diluye a los dos años. Afirma que si se saben jugar las pautas de la tensión sexual (a saber:cierto riesgo de pérdida, erotismo, seducción permanente y sensualidad cotidiana.) esa pasión puede durar más de 20 años.
Y todo ello sin hablar del cacareado efecto Coolidge.
Una parte de mi, que supongo que es la que desconoce el anárquico mundo de la convivencia, está de acuerdo con ese estudio.
Otra parte de mi, que es la que responde con miedo a lo desconocido si ve un cepillo de dientes extraño en el vaso del baño, sabe que la pasión se muere con facilidad extrema.
Pero, como soy un romántico de esos que buscan miradas cómplices mezclado con el erotómano adorador de mañanas largas, creo que el estudio es cierto. Al contrario de todas esas aburridas parejas que se casan porque han considerado que ha llegado el tiempo de casarse creo que esa tensión es parte de la base que te mantiene despierto cada momento en el que crees que la has perdido para siempre. Esa base es la que hace que te esfuerces, que te quieran un poco, que tengas miedo a sentirte indefenso y que se te escapen "te echo de menos" y luego añadas "un poco". Es duro, es bonito y es algo dificil de encontrar (y así nos va a quienes seguimos mirando debajo de las tapas de los yogures para ver si hay premio) (o si encontramos premio a ver si nos lo canjean)
Vivimos en una sociedad compleja donde ya no es necesario vivir emparejado para tener una vida plena. En absoluto. Algunos de los peajes de lo que se supone que es una vida de absoluta brillantez eliminan de la ecuación el gasto personal que supone una pareja porque , normalmente, elimina el tiempo necesario para emplear en la educación de la prole. Vivimos inmersos en conversaciones de bar. Vivimos con demasiada prisa para poder saborear ese momento en el que ella te descubre mirando en el pliegue de la camisa o sus manos te agarran en plena calle. Y ese sabor es la correa invisible que me ata a ti, como decía la canción.
Humphrey Bogart en Casablanca con Ingrid Berman. 007 y Moneypenny. Ricardo Darín con Soledad Villamil en "el mismo amor, la misma lluvia" o "el secreto de sus ojos" o aquella fantastica película titulada "Lunas de Hiel" en la que los protagonistas no dejaban de hacerse daño hasta que no pueden más que admitir que, en realidad, se necesitan. Porque cuando lo conoces y cuando descubres que no puedes deshacerte de aquella persona, quizá la encontraste. Sobre todo si vives en esa tensíon sexual que casi te convierte en un personaje de cine de esos que se adoraban en "Lo que el Viento se Llevó" aunque él se marché al final, aunque la eternidad empezó en aquella historia un día de otoño en Paris.
Pd: si alguien no ha visto Lunas de Hiel que la vea, pero requiere una preparación mental previa para la visión de un caso de amor extremo.
No vale quedarse con el primer enlace de youtube... Cambia el vídeo de Harper y pon éste, anda
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=0dKY5KXDKxg&feature=related
Y sí, Coque Malla solo te gusta a ti. Es un panoli (que hace muy buenas letras, sí, pero que las canta muy mal ;P)
Que buen blog, si señor, uno de los mejores que conozco.
ResponderEliminarUn saludo
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