3 de agosto de 2010

Imbéciles de telediario


Lo cierto es que las gamberradas son algo que nos persigue desde el origen de los tiempos (y algunas son de gran recuerdo, como la del coche en el tejado de un college de Cambridge, el 8/6/1958) aunque quizá la diferencia entre unas y otras son las implicaciones que tienen para con la integridad de los demás y la capacidad de publicidad gratuíta de nuestro mundo actual.

Hace no demasiado tiempo pensabamos que los grandes gilipollas contemporáneos eran los tipejos de Jackass que se dedicaban a golpearse las pelotas y ademas se hicieron ricos con ello porque algunos buscadores del gran cine contemporáneo pagaban la entrada por verlos en pantalla grande.
Con la irrupción de youtube (que ha cumplido 5 años hace poquito) y la posibilidad de hacer alguna tontería global se puso de moda el maltrato de electrodomésticos:
En rusia cuentan que se ha puesto de moda el "Reto al Tren", que consiste en tumbarse en la vía y dejar que el convoy pase por encima para grabarse en video y pornerlo en la red. Los británicos dicen que juegan al "Juego del pollo" que consiste en eso de ver quien espera más a la llegada del tren.

Están los que se graban en las carreteras, los que viven a la búsqueda de la salvajada mayor y los que les ríen las gracias por ese momento de gloria que parece de mucho más valor que los efectos colaterales de su estupidez. Si yo tuviera que grabarme preferiría hacerlo de una manera mucho más privada, que siempre es más reconfortante y puedes usar esas imágenes para las noches de recuerdo y soledad.

Hace tiempo comentamos que las neuronas espejo son aquellas que consiguen que te excites cuando ves pornografía. Son esa parte de nuestra manera de asimilar lo que percibimos que nos hacen sentir algo parecido a lo que vemos. No entiendo qué efecto se despierta en la cabeza de algunos cuando ven telebasura o gamberradas irracionales pero mucho me temo que oiremos más noticias como éstas porque parece que la mayoría no silenciosa se ve reflejada con este tipo de cosas que tanta verguenza ajena despierta en algunos por mucho que descubramos que todo esto no es más que una enfermedad global del planeta aburrido por la búsqueda de nuevas sensaciones y con conexion a internet y cámara en el teléfono.

Desafortunadamente parece que el verano es un tiempo abonado a la gilipollez o lo que sucede es que como no hay noticias y sí mucho imbécil, se utilizan para llenar telediarios.

En Mexico prohibieron los narcocorridos porque exaltaban a los narcos y ejercían un efecto llamada sobre los jóvenes influenciables en paro. Si no se usasen estas noticias para llenar tiempo televisivo... ¿tendríamos tantos soplagaitas sin cerebro grabándose su exaltación de la estupidez para sus 10 segundos de gloria en la 1º?

Pd: qué sencillo es culpar a la prensa de los comportamientos globales, ¿verdad?

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