14 de agosto de 2010

Adios papá, yo soy.

La hija de Tom Cruise, ese referente americano de juventud, acción, sonrisa, riqueza y gran coñazo mediático (no en vano dicen que desayuna placentas a la plancha con mermelada), le ha dicho que pasa de la cienciología. Bella, la hija adoptiva que tuvo con Nicole Kidman, le ha dicho a su padre lo que puede hacer con tanta cienciología.

Como era de esperar y sin poder hacer unas declaraciones que pudieran venir de una persona con una voluntad propia Tom ha defendido a su otra hija de 4 años (que viste fashion y lleva zapatos de tacón) afirmando que las niñas "En España llevan zapatos de flamenco de tacón alto desde su nacimiento" con lo cual podemos adivinar perfectamente la dimensión en la que vive este muchachote que ha decidido hacer con su vida lo que le ha dado la gana pero, debido a cierto fanatismo religioso, no da la misma libertad en su entorno porque todas las religiones que conozco cambian amor de baratillo por tu dinero como una buena puta barata de motel y Tom tiene mucho (dinero).

Algunos estudios interesados han llegado a demostrar estadísticamente (que es como se puede demostrar casi cualquier cosa) que el ateismo y el coeficiente intelectual de las sociedades son parejos y, por el contrario, la necesidad de pensar que existe algo a la vuelta de la esquina es uno de los componentes del sentido de la vida, del esfuerzo cotidiano, de la ilusión del billete por el destino, de la energía que descubres al despertarte para enfrentarte a cada día, de lo que eres cuando dices: "yo soy".

Probablemente eso es lo que busca la hija de Tom: poder mirar a la camara y decir "Yo soy"

Que es lo mismo que buscamos todos, ateos o no. (O por lo menos todos los que nos sentamos a mirar el camino que llevamos y el que está por delante)
Y no es dinero. Son todas esas cosas que te hacen irracionalmente feliz siendo, como es la felicidad, un estado de ánimo no cuantificable.

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