Entonces, confiando en la extraña casualidad de la vida me propongo encontrar a un jugador llamado Franco, de nómina austriaca. Encontré un Shumacher, pero no era el laureado conductor. Ningún rastro.
Así que descubro que se había celebrado una convención ultra en Viena (porque los ultras de derecha, al contrario de los de izquierda, tienen dinero) con la celebración , a modo de confraternización, basada en la invasión y apedreamiento de un grupillo de vascos en pantalón que, como todos saben, son unos izquierdosos de mierda.
¿Qué pinta Franco en todo esto?. Realmente nada aunque me atrevo a pensar que una de las cosas que mejor exportan los españolitos radicales de a pie es la estupidez. ZP ha dicho que tanta exportación es una nueva prueba de la mejora de la economia exterior y le ha retado a Rajoy a negarlo. No en vano he oido en la radio un conocido cántico del Austria de Viena que se ha coreado hoy (siento no disponer del documento sonoro) en la ciudad del mismo nombre: Que viva España.
¿A qué dan ganas de coger la pancarta, enrollar a algun idiota, prenderle fuego y luego enterrarle en el valle de los Caidos?
Claro que los vascos siempre van por ahí provocando, metieron 3 goles.
Pd: mientras tanto, en una lejana galaxia llamada Cataluña, Joan Laporta (presidente del Barcelona FC) al ver sus fotos borracho tras ganar un partido acusa diciendo que eso es culpa de la caverna mediática española.
Si es que el fútbol lo tiene todo: alcohol, politica, violencia, sexo (cuando los jugadores se abrazan)... lo menos importante parece ser el deporte en si.
Totalmente de acuerdo, excepto en una cosa. Muchos ultras de izquierda también tienen dinero, también voajan mucho y hacen convenciones de esas antes de liarla parda. No son tan diferentes.
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