En el descansillo de mi puerta hay un señor envuelto en unas mantas. Lleva unos cuantos días allí. Su mujer, una pérfida y malvada que gobierna su casa con mano de acero, aprovechó que bajó a por tabaco para no dejarle entrar de nuevo y éste buen señor, cansado de que ella le haya estado pegando (a él y a sus hijos) durante años ha decidido ponerse en huelga de hambre delante de mi puerta.
El presidente de mi comunidad de vecinos le ha dicho que se vaya, pero él dice que no. La vecina del tercero le ha traído unos bocadillos, pero sólo toma agua y azucarillos y quiere que su mujer le deje volver a casa, pero la muy guarra sigue diciendo que no. Entonces hemos hablado con el alcalde y éste, apremiado por el problema y entendiendo la situación de esa familia, se ha apresurado a pagar el taxi que le lleve a casa, pero él sigue diciendo que no y está perdiendo peso rápidamente.
Decidimos en ese momento avisar a una instancia superior, poniéndonos en contacto con algún ministro.
Mientras esperábamos la respuesta aparecieron los Bardem (esos que tienen un oscar y unas ganas locas de subir el canon de los cd´s) y, con Juan Diego Botto, Alberto San Juan y algún que otro artista me gritaron asesino y colaboracionista cuando salía a comprar el pan esquivando al buen señor.
Me llamó Moratinos, con esa cara de profesor de instituto resignado, y me dijo que le había ofrecido de todo pero que este señor lo que quería ahora era la custodia, una educación para sus hijos, que echen a su mujer de casa, una playstation 3, que se acabe el hambre en el mundo y que aún así estaba decidido a seguir con su huelga de hambre hasta el final, sin miedo a la muerte.
Han celebrado en mi portal un concierto musical y la comunidad me obliga a limpiar los restos que han dejado aparte de no haber podido dormir por los gritos contra la mujer del señor, el imperialismo yanki y mi responsabilidad en todo ello.
Hasta la ONU me ha comentado que tiene derecho a irse a su casa, pero el tipo no se va.
Yo, cansado de tanto lío, he intentado hablar con la señora en cuestión, pero me dice que está en mi casa y no en la suya, que me joda. Y se ha ido a la peluquería y a la compra.
Y aunque no puedo evitar entender a este buen señor porque supuestamente su mujer es una pequeña zorra dictadora lo que no entiendo es por qué ahora éste es mi problema cuando lo único que he hecho es tener un felpudo agradable donde ahora está Zerolo diciéndole que seguro que yo soluciono el problema cuando , en realidad, los problemas que este señor tenga con su mujer son entre ellos dos.
Son esas cosas que te pasan por ser el único gilipollas que abrió el portal cuando llamó diciendo que era un cartero comercial.
Olé
ResponderEliminarimaginacion no te falta pero si el señor sigue con la huelga de hambre por si acaso compra los derechos de autor por si hacen una pelicula y tiene exito
ResponderEliminargenial!
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