Aparece un interesante artículo en la prensa de hoy. Más o menos viene a decir que en Euskadi se espera que a final de año casi 50.000 personas cobren el subsidio de renta basica (de entre 890 y 1230€ al mes).
Confebask, que es la patronal (el enemigo del pueblo libre para algunos), dice que hay que poner freno a esto porque es una cantidad considerablemente alta (y heredada de los buenos tiempos económicos) que puede hacer que quien recibe esa ayuda deje de buscar trabajo ya que 213.732 personas ganan menos de esa cantidad (trabajando) y las previsiones económicas dicen que esos sueldos tienen complicado crecer. Por eso mismo propone limitar la ayuda a dos años e incluso obligar al subsidiado a demostrar que está buscando un empleo.
Los sindicatos, en su línea habitual, dicen que nadie que cobre la ayuda social lo hace por gusto y que además la subida de la presión fiscal maltratará a estas rentas.
Por mi parte considero que contratar a un buen grupito de parados para cortar las pelotas a aquellas personas que se aprovechan del sistema estableciendo unas durísimas penas para aquellos que se hacen pasar por necesitados es quizá la solución para cortar esa sensación creciente de que aparece, cada vez con más fuerza, una nueva franja social que sin necesitarlo se aprovecha de las ayudas que están previstas para quien las necesita. Y esos son los hijos de perra del sistema porque roban a los ricos para quitarselo a los pobres.
Si todas las ayudas fueran a quien las necesita, quizá no existiría debate.
Pero, reconozcámoslo, este sistema da sin saber a quien. Y quien se aprovecha del sistema debería de ser castigado ya que es un tipo de robo. Hace no mucho, tomando una cerveza, un grandísimo hijo de perra me contaba, orgulloso como un soplapollas, que su mujer le había pedido el divorcio. Posteriormente, como ella se quedó con los hijos, solicitó (su mujer) un piso de protección oficial para mujeres necesitadas sin empleo, ya que ella no trabaja. Consiguió el piso aparte de una renta básica. Una vez logrado ese punto él vendió la vivienda familiar y se fue a vivir con ella y los niños. "Y ahora nos hemos comprado un chalet en la costa"-me decía orgulloso. A este tipo de hijos de perra es a los que me refiero porque estoy seguro que alguien que lo necesita se habrá quedado sin ayudas mientras este cabrón y la superzorra de su mujer viven como reyes. La culpa es de la falta de control.
Pd: yo no estoy en contra de las ayudas pero creo que han de darse EXCLUSIVAMENTE a quien las necesite. Controlando, escrupulósamente, que nadie se aproveche de la generosidad del sistema.
Pd2: sobre el titular "no trabajo si pierdo el paro" hay un link a esas noticias que dan un ejemplo de lo que digo
pues, la verdad es lamentable...
ResponderEliminarenfin, la cultura de Papa Estado sigue formando parte de ntro engranje cultural...
espero que l@s que rechazan un trabjo por el subsidio, sean los menos...pq si no vamos list@s...
Totalmente de acuerdo contigo pero... ¿le dijiste directamente a la cara que era un hijo de perra y que ibas a buscar la manera de denunciarle?
ResponderEliminarPorque el caso que comentas es tan enrevesado que no creo que haya sistema de control razonable que pueda detectarlo, unicamente la reprobación social y la denuncia de todos nosotros puede acabar con eso