Irremediablemente se acerca el verano. Será un verano extraño porque probablemente echaremos mano de la crema solar en lugares conocidos. Volveremos a vivir las vacaciones en el pueblo y a saborear el sabor del hogar a falta de podernos permitir los desmanes económicos de otros años. O no, quien sabe. Hay quien dice "que puñetas" y tomará el primer avión hacia cualquier sitio pensando que allá está aquello que echa de menos. Y allí solamente hay sol.
Allí solamente te queda un sol azul sin nubes y el sonido del agua yendo y viniendo de la costa.
Sin embargo sale el sol, y ya estoy quemado por él, haciendo más blancas las páginas blancas de ese libro que nunca termino.
Miro a un lado y al otro de la playa donde me escondo. Veo de reojo a un señor con gorra preparando la sombrilla, a una familia recién llegada que habla dando voces, a dos jovenes en topless post adolescente y un tatuaje en la parte baja de la espalda. Veo a un perro deseando ir al agua por la pelota, a su dueña lanzando el esférico como si echara de menos el final de la liga. Las viseras de las gorras arqueadas y la luz llenándolo todo.
No se hacia donde irá mi verano, si es que va, o si me volveré a quedar buscando qué escribir con la cobardía de no atreverme a acabar de hacer aquel libro. Solamente sé que ya estoy quemado por el sol, como la película de Nikita Mikhalkov, y en mi espalda hay una marca que bien podría ser una cara de Belmez aunque prefiero otras marcas generadas por el sol. Es lo que tiene ser un pequeño pornógrafo del bikini.
Ole ese naranja guiri que has pillao :-D
ResponderEliminarYo no voy a poner foto pero ya casi estoy tostadito del todo. Mucha protección.
No sabemos qué verano nos deparará el futuro, como no sabemos de qué color será mañana jueves.
Salu2