¿Y qué pasa cuando odias virtualmente?

En facebook, en Tuenti, en myspace y en todos esos sitios (menos en badoo, que solamente hay pastilleros sin camiseta posando encima de su coche con más extras que el seat panda del potro de vallecas) todo el mundo es amigo de todo el mundo. No puedes estar en contra de las cosas. Vives en el pais de la piruleta, en una especie de Pleasentville virtual.

Afortunadamente parece que en este espacio tan variable como el tiempo de otoño que es internet han surgido las redes antisociales, lugares donde tienes enemigos. ¿Odias a alguien? Añadele a tu lista de odiados.

Lugares como myfrienenemies, diespace, hatebook... son el lugar perfecto para ello.

Porque muchas veces no nos paramos a pensar que el odio, el rencor, la animadversión y el mal rollo también son parte básica de nuestra vida, real o virtual.

A quienes odio: os deseo lo peor. Quienes me odian: poneros a la cola.

Si existe la amistad virtual, el sexo virtual, los mundos virtuales... obvio es que exista el odio virtual. Afortunadamente de la misma forma que el sexo virtual no es sexo porque no hay roce, el odio virtual tampoco creo yo que haga mucho daño. Los que somos odiados ya estamos acostumbrados a leer mal sobre nosotros y nos jode más el punto pasivo agresivo de que nos ignoren a que nos digan que nos odian. Por eso mismo: odienme.