30 de mayo de 2009

Bodas, Martin y Hank

Las bodas son uno de esos días en los que, probablemente debido a un exceso de películas facilonas y de grato recuerdo, puede pasar casi cualquier cosa. El video de arriba es un video de una pareja real creado por una empresa que intenta hacer de ese día algo diferente, aunque no sé que tal envejecerá con el tiempo y si acaso cuando se enseñe el video a los nietos se pase un poco de verguenza.

Dentro de los casos reales acontecidos en bodas la última noticia es la de la novia que, justo el dia después de su boda decide irse de luna de miel... con el amigo del novio. (noticia original en italiano, aqui).

"Yo, espero que me invites a tu boda, y que te escapes al baño conmigo a la hora esa en que el novio y los padrinos, se abrazan diciéndose adiós"- cantaban por aquí el otro día.

La verdad es que el sueño de algunos es liarse con la novia el día de su boda, aunque según van pasando los años ansías ser el novio (que se le va a hacer, es que algunos tenemos reloj biológico) y deshechas las ofertas de aquellas turgentes mujeres sexualmente activas que van a pasar por el altar cuando en otros momentos de tu vida te hubieras tirado con gana hasta a la prima de la vecina de la dama de honor.

Hace algunos años canal+, cuando emitía una parte codificada, programó la maravillosa serie de dificil localización llamada Dream on (sigue soñando) donde Martin Tupper, protagonista de la serie que vive en una realidad llena de flashbacks (que bonita palabra) producidos por las horas de televisión consumidas en su infancia, se debate entre el amor irremediable hacia su ex y la azarosa vida sentimental que le genera la Nueva York de mediados de los 90. Es una especie de Californication de hace 10 años.

En uno de los capítulos en el que su ex va a casarse el le pide, le ruega, le reclama y le solicita que mantengan la última relación. Ella se mete con él en un armario ya vestida de blanco y cuando se han dispuesto y se miran... él descubre que no puede, que no la quiere para ese momento. Descubre que, aunque ha ido pasando por los barrios llenos de camas de casi toda la ciudad, donde quiere estar es fuera del armario esperando volver a verla por las mañanas.

Porque Martin Tupper (el Hank Moody de los 90) es un crápula de buen corazón y los días de las bodas pueden suceder demasiadas cosas.

Y ella, aunque no se casa con él, tampoco con el otro.
Es lo que tenemos los pequeños crápulas de buen corazón, que ni comemos ni dejamos comer.

2 comentarios:

  1. Pues eso de no comer ni dejar comer es una putada, no para los crápulas de buen corazón, si no para quien lo sufre.

    Pero así sucede, ni contigo ni sin ti. Mientras esté sola todo va según los planes...pero ayyy si se va con otro, entonces vuelve a despertar el interés...No me gusta nada eso, si la dejó ir que lo haga de una vez, que no vuelva a hacerse presente en su vida cuando fue él, el que desapareció.

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  2. ....Nunca he tenido intención de casarme, pero si algún día lo hago yo quiero un video de mi boda parecido al primero, así que ya podeis ir ensayando...

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