La rabia es una emoción de alta densidad que se caracteriza por una tasa persistentemente alta de descarga neuronal. La inhabilidad de resolver un problema difícil a pesar del esfuerzo cognitivo sostenido pronto altera a la persona y se torna en rabia. Cuando estamos enojados se incrementa el flujo sanguíneo, el ritmo cardiaco y la tasa hormonal.
Nacemos con emociones básicas, segun Robert Plutchick (temor, sorpresa, tristeza, disgusto, ira, esperanza, alegría y aceptación). Otras las aprendemos de nuestro entorno como por ejemplo la envidia, que no es más que un sentimiento de inferioridad. Más o menos se puede decir que de esas 8 emociones básicas surgen todas las demás. A base de estímulos, decían William James y Carls Lange allá por 1880, se generan cambios fisiológicos en nuestro cuerpo de los que surgen automáticamente las emociones.
Nos frustramos, a veces, cuando en nuestra vida aparece una barrera insalvable para la consecución de una meta (Obviamente las personas sin metas se frustran bastante menos). Dicen entonces que es necesario conocer el control de las emociones aunque en muchas ocasiones, desde mi atalaya de espectador del mundo sin conocimientos contrastables, creo que hay que dar salida, al menos a alguna de las 8 emociones básicas. Supongo que por eso hoy, entre respuestas fisiológicas que desconozco y haber resuelto o asumido de manera correcta e incorrecta muchas de mis frustraciones, suenan en mis altavoces hedonistas canciones de rock.
A veces en muy pocas horas, puedo pasar por todas y cada una de esas emociones básicas, además en el orden en que las has escrito casi siempre.
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