4 de marzo de 2009

Serotonina, el arte de negociar

Hay muchas veces que los científicos matan la posibilidad de dejar que el azar juege su valor soprendente en la vida. Hay días que te levantas de mal humor y días que pasas de la alegría a la desazón de manera inexplicable. Pues bien, en un alarde de quitarnos el control sobre nuestros estados de ánimo los científicos se empeñan en indicar que la cantidad de serotonina en nuestro cuerpo en la responsable de los consabidos comportamientos de conducta.

Existen varios experimentos que aseguran esta correlación entre los niveles de serotonina y el comportamiento humano. Uno es con monos. Curiosamente en un grupo uno de los macacos era sometido a un incremento de estos niveles (basicamente atiborrándolo de Prozac) y al volver al grupo su nivel jerárquico subía en cuanto se interrelacionaba con los demas ya que, supuestamente, el entorno le veía como un elemento "controlado" y "equilibrado", un buen referente de liderazgo.

Se supone entonces que los grupos prefieren a elementos equilibrados para liderarles. (No diría yo eso de muchos de nuestros políticos (ojo al desliz de zp), aunque si que parecen atiborrados de Prozac en algunos casos)

Con humanos se hacen experimentos con el juego del ultimátum que consiste en que uno de los jugadores hace un reparto de una cantidad de dinero y ofrece la parte que ha decidido al otro. Si el otro acepta los dos se llevan su parte. Si el otro lo considera poco, nadie se lleva nada. (Por ejemplo: el primero escoge dividir 100€ en 98€ para él y ofrecer 2€ al otro. Si el otro dice que si, el otro gana 2€ y el primero 98€. Si el otro cree que es poco, nadie se lleva nada)

En ese "juego" está demostrado que aquellas personas con menores niveles de serotonina no son capaces de mantener el equilibrio y suelen negarse ante ofertas que consideran pequeñas (menores del 20%) aún a riesgo de no ganar nada. Todo ello suponiendo que lo lógico es aceptar algo en vez de irse de vacío.

También está demostrado que la capacidad de empatía, es decir, de la capacidad de ponerse en el lugar del otro es lo que determina si quien hace la oferta lo hace de forma justa (suponiendo justicia: 50%) y que los autistas, que no tienen prácticamente actividad en la parte frontopolar del cerebro, casi nunca hacen ofertas justas.

También está demostrado que si la oferta la acompañamos de una imagen sexualmente atractiva, la capacidad de aceptación de ofertas injustas sube exponencialmente. Pero eso es altamente conocido en la publicidad convencional.

Así que si hay que hacer una oferta:
1- no hay que ser autista y ponerse en el lugar del otro
2- el que recibe la oferta tiene que tener la serotonina desequilibrada
3- se la mandas con una foto picante.

Y lo tienes todo hecho.

Pd:Todo esto, para que se lo apliquen Patxi Lopez e Ibarretxe cuando hagan su particular juego del ultimátum con los otros partidos.

Hay que aprender de los experimentos con monos para comportarnos como los monos sociales que somos.

Pd2: gracias a "la logica del titiritero por sus artículos"

6 comentarios:

  1. Ofrecería 51...creo que no se podría negar a esa oferta.
    Seguro que ofreciendo menos también aceptaría, pero así aseguraría.

    Mi próximo viaje a Rusia, decidido.

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  2. Yo a ti te ofrecería cien desde este pedazo de ordenador...

    Gaacias!!!

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  3. Sois muy empaticos... yo, como soy un egoista y un mamon, no ofreceria mas de 40.

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  4. Yo ofreceria 40 tambien, no muy empatica tampoco, parece ser...

    Sofia

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  5. Yo ofrecería 50. No es sospechoso.
    Es decir la mitad...pero antes saco el chocolate sin que se entere...que le voy a hacer vivo en la Costa del Sol, todo se pega. :-D

    Salu2

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